Hace mucho, mucho tiempo, tanto que ni el mejor sabio sabría contar, una pequeña molécula dio vida a un pececillo y una pececilla. Claro que por aquel entonces, no estaba formada la Tierra, ni el Sol, ni ningún satélite de esos que ahora rondan por el espacio.
Por eso, fue el deber de aquellos pececillos crear la Tierra, en la que ahora todos vivimos.
Cuando la Tierra ya estuvo creada, los dos pececillos se alojaron en ella y decidieron reproducirse, porque ya eran muy ancianos y tenían que tener descendencia para que sus hijos e hijas terminasen lo que ellos no habían terminado.
Así pues, tuvieron siete pececillos, y, al cabo de unos años, estos tuvieron catorce, y así sucesivamente. De esta manera fue pasando el tiempo hasta que los peces salieron del agua y se convirtieron en otros animales. De ahí surgió el hámster, del que después salió el mono y a continuación nosotros.
Leyenda de C.U.B