Estimada familia:
En los primeros años de vida, especialmente entre los 0 y los 2 años, el juego libre se convierte en una herramienta esencial para el desarrollo integral de los niños. En esta etapa, el juego no solo es una fuente de diversión, sino que también sienta las bases para su crecimiento físico, emocional y cognitivo.
¿Qué quiere decir juego libre?
El juego libre es aquel que surge de manera espontánea, sin reglas «estrictas», ni una dirección específica por parte de los adultos. Es una actividad que permite a los más pequeños explorar su entorno, experimentar con diferentes objetos y desarrollar su curiosidad natural.
Beneficios del juego libre
1. Desarrollo sensorial: Durante el juego libre, los bebés exploran texturas, colores, sonidos y formas, lo que contribuye a la estimulación de sus sentidos.
2. Coordinación motora: Al alcanzar, agarrar, arrastrarse o gatear, los bebés fortalecen sus músculos y mejoran su coordinación motriz.
3. Desarrollo emocional: El juego libre les permite expresar emociones y establecer un sentido de seguridad al explorar el mundo a su propio ritmo.
4. Vínculo afectivo: Aunque el juego libre es autónomo, la presencia cercana del adulto refuerza el apego y fomenta la confianza.
5. Estimulación cognitiva: Manipular objetos, apilar bloques o experimentar con juguetes estimula la resolución de problemas y la comprensión de causa y efecto.
¿Cómo fomentar el juego libre?
– Crear un entorno libre de peligros donde pueda moverse y explorar sin restricciones.
– Proveer juguetes simples: Bloques, pelotas, libros de tela o anillos apilables son ideales para fomentar la creatividad y el descubrimiento.
– Evitar la sobreestimulación: Limitar el uso de pantallas y juguetes electrónicos para que pueda concentrarse en el juego espontáneo.
En nuestro colegio, concretamente en la clase azul hemos integrado varios momentos de juego libre durante la jornada, ya que entendemos su importancia para el desarrollo de los más pequeños.
Estos espacios incluyen:
– Antes del inicio de los talleres: Mientras esperamos a que lleguen todos los compañeros, los niños disfrutan de actividades libres para interactuar y explorar a su manera.
– En el parque: Al bajar al parque, los niños tienen la libertad de correr, jugar y descubrir el entorno sin intervenciones directas.
– Después de la siesta: Durante el despertar de la siesta del mediodía, se ofrece un tiempo de juego libre para que los niños se activen de manera tranquila y espontánea.
Aprovechemos esta etapa tan especial para permitir que nuestros pequeños exploren, aprendan y crezcan a través del juego libre.
¡Hasta mañana!
Un abrazo
Estefanía