La motricidad fina y gruesa son habilidades motoras que trabajamos diariamente en el colegio. Estas son claves en el desarrollo infantil, inciden directamente en el crecimiento y en la autonomía de los niños y niñas.
Ambas son necesarias para el control y la coordinación de los movimientos del cuerpo, pero…
¿En qué se diferencian?
Se diferencian en el tipo de movimientos y músculos involucrados.
La motricidad fina, implica movimiento pequeños y precisos, que requieren control de músculos pequeños ( manos y dedos).Esta habilidad es necesaria para actividades que requieren más detalle.
Ejemplos de motricidad fina: manipular objetos pequeños ,recortar, dibujar, amasar plastilina, rasgar papel, usar utensilios, abrocharse las zapatillas o la chaqueta…
Estas habilidades son necesarias para tareas que requieren precisión y destreza.
Por otro lado, la motricidad gruesa, involucra movimientos amplios y el uso de músculos grandes del cuerpo, piernas, brazos y torso.
Esta habilidad permite a los niños correr, saltar, trepar y mantener el equilibrio. Realizar actividades de motricidad gruesa, fortalecen los músculos y mejora la coordinación.
Ejemplos de motricidad gruesa: atrapar pelotas, subir y bajar escaleras, correr, hacer un circuito de obstáculos, bailar, jugar con aros, etc.
En definitiva, trabajar tanto en el cole como en el exterior de este, la motricidad fina y gruesa es fundamental para el desarrollo integral de vuestros hijos e hijas , ya que fortalecen sus habilidades físicas, cognitivas y sociales.
Un abrazo
Estefanía