La música y los talleres sensoriales con instrumentos se complementan perfectamente, ofreciendo a los niños una experiencia de aprendizaje integral que estimula tanto sus sentidos como su desarrollo cognitivo, emocional y fÃsico.
Explorar instrumentos de diferentes formas y tamaños, como tambores, xilófonos o panderetas, ayuda a los niños a desarrollar su percepción táctil y auditiva. Además, los sonidos y ritmos producidos por los instrumentos despiertan su curiosidad y refuerzan su capacidad de reconocer y diferenciar diferentes sonidos.
Cuando tocan los instrumentos y por ejemplo un niño agita una maraca, golpea un tambor o pulsa una tecla en un xilófono, está trabajando en su coordinación mano-ojo y en su motricidad fina y gruesa.
Además fomenta el desarrollo del lenguaje y la comunicación. Al escuchar y crear diferentes sonidos, los niños desarrollan su conciencia fonológica, lo que les ayuda a distinguir entre distintos tonos y ritmos, una habilidad clave para el aprendizaje del lenguaje
En definitiva la música y los talleres instrumentales favorecen al desarrollo integral del niño y la niña.