¿Quién dijo que los martes son aburridos? Desde luego que no se pasó por nuestra clase…
Bien temprano y ya tenemos la cabeza como un «bombo»… Tambores, xilófonos, maracas, campanas, flautas… hay de todo.
Al principio lo que más gustaba eran las campanas, ahora los tambores cogen el protagonismo, por completo.
+¡Doble ración de sandía, por favor!.
-¡Maaaarchandooo!.
Cogemos fuerza en un estupendo picnic en la terraza, estamos de maravilla y hace un día ideal para disfrutar de las vistas a la Vega mientras nos tomamos la fruta.
Preparados en un periquete para un taller de artística llamado: dejamos huellas.
Untamos los pies con pintura para que caminen sobre el papel, dejando así las marcas de sus pies.
Para cada niño se ha utilizado un color diferente, para diferenciar las huellas de cada uno.
Ha quedado un mural muy divertido, y para divertido, el rato que han pasado de cosquillas en los pies.
Esta técnica sensorial ayuda a:
-Coordinar sus movimientos físicos tanto en piernas como en pies.
-Desarrolla la capacidad de concentración, ya que es una actividad que requiere de esta habilidad.
-También mejora su idea espacial y le facilita el descubrimiento de diferentes texturas y colores.
Podéis descubrir el color utilizado para vuestro peque en la actividad, al mirar debajo de los calcetines, ¿cuál será?.
Volvemos a clase y antes de la comida jugamos a las cocinitas, no hay juego que nos guste más (me incluyo) porque me tienen muy bien alimentada, me tienen a cuerpo de reina.
Gracias peques no puedo tener mejores cuidados.
Mañana más, un abrazo.
Alba Cala.