Ecuador de la semana y con mucha actividad por delante, aunque la primavera está haciendo estragos con tantos resfriados, los ánimos siguen casi a tope y los mocos también.
Arrancamos con varias texturas en papeles y telas. Es muy divertido hacer de fantasma con las telas sobre la cabeza, arrugar y rasgar el papel de revista. Pero lo que más le llama la atención es el papel celofán, por el sonido que produce al moverlo y porque se puede ver de colores a través de el.
Damos paso a un taller sensorial, si tiene agua el éxito está más que asegurado. En algodones o gasas se dejan presionadas las puntas de los rotuladores gruesos, dejando que se empape bien de tinta y después los echamos al agua y vemos como la tinta se va esparciendo hasta llegar al agua y… voilà!. El agua se tiñe de colores.
Este taller les ha gustado mucho, por lo que, se ha alargado.
Bajamos al patio y lo pasamos pipa, he montado en los hombros a varios peques y parecían la reina Isabel saludando… Cómo era de esperar, a los segundos hubo una avalancha de peques solicitando «de forma ordenada» su turno para que los subiera a mis hombros… la próxima vez aprovecharé y haré sentadillas cuando los tenga encima, ¿eso vale como deporte verdad?.
Antes de irnos a almorzar, juego a demanda… ¡la cocinita!.
Último empujón que nos queda muy poco para terminar la semana.
Os espero, ¡hasta mañana!.
Alba Cala.