No puede empezar mejor la semana, con un compañero nuevo, Aarón, ¡bienvenido! y además con el Día de la Cruz.
Los peques vienen muy flamencos, y es que nos espera una buena celebración.
Nos toca juego heurístico, cucharas de madera, tapaderas y cilindros.
Cogemos las salaíllas y nos vamos pitando para el patio. Dónde están preparadas las sevillanas, salaíllas, la cruz y unos buenos bailes.
Bueno, ¿y que me decís de esta maravilla de trenecito que hacen los peques para ir al patio?. Una auténtica maravilla, ya bajan y suben las escaleras gateando sin ayuda y van cogidos a la cuerda, ¡se merecen un aplauso, un beso, un abrazo y comérmelos!.
Yo pensaba que bailaba bien las sevillanas, puesto que he estado varios años en una academia… Pero… ¡vaya bailes se han marcado los peques!.
Movimiento de manos (cojo la manzana, me la como y la tiro), taconeo y vuelta. Y no podía faltar las salaíllas ¡qué ricas!.
A la hora de la comida aunque era pasta, han comido algo menos, pero es normal porque han arrasado con las salaíllas.
Es contaré un secreto, si queréis que lo peques se queden tranquilos por un rato, dadle salaíllas, mano de santo, doy fe.
Papis y mamis veo qué hacéis vuestros deberes a diario, gracias por traerme a los peques tan de rechupete hoy, si alguno está este el suspenso o el aprobado, ya tenéis aseguradas unas décimas más en la nota (guiño guiño).
Os espero mañana.
Alba Cala.