Un día lluvioso (Andrés)

Hace poco tiempo en la foresta de un bosque volvió a llover y digo volver, porque hacía ya diez días que llovía sin parar. Los elfos estaban desesperados porque no había comida, no podían salir a cazar ni recolectar bayas, ni hongos y además, estaba siendo asolado el poblado por una ola de peste negra.

Muchos elfos estaban muriendo y se percibía un hedor a cuerpos, solo había una criatura posible para detener la furia de los cielos, el dragón oscuro de los vientos, podía escupir fuego al cielo y evaporar el agua.

El dragón tenía una larga cadena de espinas que le cubría la parte superior del torso. Por supuesto, era negro como las escamas que le cubrían el cuerpo. De hecho solo tenía blancos los afilados colmillos y el globo ocular y sus largas y negras alas eran muy similares a las  de un murciélago.

¿Pero quién iba a llamarlo? Tenía que subir las escarpadas montañas, con la que estaba cayendo. Se reunió un consejo para elegir a alguien que se presentara a realizar la proeza.

-Yo- dijo una serena voz.

– ¿Quién ha dicho eso?- preguntó Sarahac, el jefe del consejo.

– Soy Armiser un simple campesino de la zona sur y además si no lo consigo, no perderéis ningún camarada- dijo el esbelto joven.

– No hijo- dijo la escandalosa voz de su madre y su padre al unísono.

– Tengo que hacerlo es mi deber en la vida- contestó  con voz tranquilizadora Armiser.

Partió a la mañana siguiente cuando descubrió que había cesado un poco de llover y echó a correr.

Pegándose mucho a los robustos troncos de los robles para que el espeso follaje tapara las gotas que se precipitaban del cielo con gran furia, una gota en el ojo podría cegarle. Anduvo entre arbustos y florecillas que de las lluvias habían nacido.

Ando tanto que tuvo que parar a descansar en una roca que tenía un agujero, se acurrucó y se durmió. Al cabo de dos horas se despertó y tocó la roca y como era un elfo quería transmitirle su agradecimiento, pero la verdad era que no era lo que parecía, era una criatura de color anaranjado y la cara con aspecto de tigre pero de unas dimensiones asombrosas.

La criatura echó a correr tras Asmiser, pero parecía que los árboles querían salvar a el elfo porque le iban haciendo un pasillo que se cerraba tras él. Armiser no miró hacia delante, siempre miraba hacia detrás hasta que chocó contra una roca gigante. Era la entrada a la casa del dragón.

Armiser entró sigilosamente y le dijo al dragón:

– Hola amigo del bosque, tienes que ayudarme a salvar a mi pueblo.

– Lo haré, pero tú irás a mis lomos, – dijo la estrepitosa y grotesca voz del dragón.

Se pusieron en marcha. El dragón batió sus alas con fuerza y se alzó al viento, subió y subió hasta que lanzó una fuerte llamarada rompiendo las nubes y salvando al bosque. Pero cuando se dio cuenta de que Armiser no estaba, había caído y la había atravesado una rama.

Pero el bosque siempre lo recordó como el mayor héroe de todos los tiempos.

Autor: Andrés

Un día lluvioso (Javier)

Para mí, los días lluviosos son los más tristes en los que no sé qué hacer. La verdad, es que parece ser que me afecta bastante.

Esa sensación de no poder ver el sol, me recuerda lo poco que apreciamos el amanecer de cada día, sin saber siquiera lo importante que es.

Aunque tampoco, un día lluvioso significa el fin del mundo. Porque no se puede tener todo lo que uno quiere, ya que sin lluvia el mundo sería muy distinto, y es que el verde que tanto me gusta, digo yo, que no sería tan verde.

Además, qué pasaría, si el aroma vivificante de un día lluvioso en el campo, entre otros, el perfume que desprende la tierra mojada, atrajese a los seres de los corazones de los bosques más intrincados, y si dejasen ver sus puntiagudos rasgos, tan solo por un día lluvioso. Aunque pienso que no nos deberíamos hacer demasiadas ilusiones, porque digo yo que deberían poder olerlos a distancia. Pero si eso ocurriese, ¿yo estaría más contento en un día lluvioso?

Lo que uno debería hacer, es no deprimirse en un día de lluvia, porque sin ella, todo sería distinto y agradecer que llueva. Ya que un día lluvioso es la media naranja de un día soleado, igual que el blanco y el negro, o lo sucio y lo limpio. Y es que los antónimos se necesitan unos a otros para existir, porque, ¿se puede limpiar algo si antes no está sucio? Además nosotros deberíamos saber disfrutarlo todo.

Taller de Escritura: Javier

La casa abandonada. Capítulo 1

En un día con niebla, un coche aparcó en un aparcamiento lejos de una casa abandonada. El hombre, llamado Jack,  salió de su coche y se perdió entre la espesa niebla.

Jack notó que alguien le estaba espiando, pero lo subestimó. Al andar unos 20 metros, un cuchillo lanzado desde muy lejos, le cortó parte del cabello. El hombre asustado se dio la vuelta y salió corriendo. De repente encontró la casa abandonada. Llamó a la puerta, pero nadie le abría. Cada vez notaba que alguien se le estaba acercando más y más. El hombre asustado le dio una patada a la puerta. Esta cedió.

Entró en la casa corriendo y cerró la puerta. Se escondió debajo de una cama. La casa era muy pequeña, tenía telas de araña, una lámpara gótica.

Lo más tenebroso es que tenía una máscara de un payaso.

El corazón de Jack se relajó, pero no duró mucho tiempo, porque el perseguidor, de una patada, tiró la puerta abajo. Jack vio los zapatos del perseguidor, andando por el suelo, sus zapatos eran puntiagudos, usados, y viejos, pero lo peor de todo es que estaban manchados de sangre inocente. Los zapatos del perseguidor se pararon al notar una respiración entrecortada. Al pararse el individuo, Jack supo que el perseguidor había notado su presencia. Pero esa idea no le duró mucho, porque de repente el perseguidor se fue, pero…

Realizado por Jose

Lo malo del invierno

El otoño se va,

ya se va, ya se va,

al invierno dejará

un sitio triste y ya está. 

Ya nunca lloverá,

ya siempre nevará,

una hoja ya no caerá

ya solo crecerá y crecerá.

En casa me tengo que quedar

porque si no me voy a resfriar,

yo no me quiero resfriar

porque si no yo resfriado voy a quedar.

Al patio no puedo bajar

porque la temperatura va a bajar,

menos mal que Sierra Nevada está

y este enfado me lo va a quitar.

En esta época es Navidad

y viene casi ya

cargadita de regalos

qué bien te has portado.

 

VÍCTOR MONTILLA CASTILLA 5º EPO

¡Qué pronto llega la navidad!

La verdad es que las tiendas siempre se adelantan mucho con el tema de la navidad, porque cada vez que voy por la calle no dejo de verlo.

Por ejemplo, el Corte Inglés ya ha empezado a vender productos y decoraciones navideñas, y también ha decorado el edificio por fuera poniendo luces. Pero si por mí fuera, yo no empezaría tan pronto con la navidad, porque tantos adornos en Noviembre a mí me agobian un poco…

Otro caso es el mercadillo navideño que ya están montando en Puerta Real, (al lado de mi calle) que por cierto antes estaba en Birrambla. Por una parte también están empezando muy pronto , y además ya llevan poniendo desde Octubre no sé cuántos mercadillos… Y todo el mundo ya quiere que paren de poner mercadillos para que la plaza se quede con más espacio.

Y por otra parte me gustaba más cuando el mercadillo estaba en Birrambla, ya que tenía cierto encanto al estar en una plaza más pequeña y acogedora que Puerta Real.

Así que yo creo que no deberían empezar tan pronto la navidad, por que aunque siempre se disfrute mucho, a mucha gente le es un poco agobiante.

Por Mar Osakar.