Érase una vez una niña llamada Jessy, siempre estaba mirando a un cofre y no sabía lo que había en él. Le interesaba mucho averiguar su contenido y pensar la sorpresa que habría.

Jessy no lo podía abrir sola, así que llamó a sus amigos para que le ayudaran a abrir la caja. Buzz lighyear se puso en la pared casi enfrente del marciano que se encontraba encima del altavoz, así Buzz podría decirle lo que había que hacer.

Jessy encima del cofre intentando abrir la caja. Y Budy abriendo la caja con junto a Jessy.

Esa era la situación. Un día, de repente, Jessy abrió la caja con ayuda de de sus amigos. No la abrieron en cualquier momento sino a partir de las seis de la tarde cuando los niños ya regresaron a sus casas después de una jornada de clases. Allí descubrieron que dentro del cofre había otra y otra y otra caja, así hasta casi el infinito. La última caja que había era de otro color y era mas rígida. No la podían abrir, era casi imposible. Pero mientras tanto, el marciano poderoso, salta del altavoz y con su cabeza extraordinaria, unos cuantos movimientos y entre los cuatro…  abrieron el cofre secreto.

¡NO SABES LO QUE HABÍA EN LA CAJA!

¡¡¡Está vacía!!! no puede ser, dijo Jessy.

Pero con el tiempo, un niño llamado JORGE, iba poniendo cosas dentro de él, pero Jessy y sus amigos no se daban cuenta. Lo que JORGE iba añadiendo, era secreto.

Con el tiempo averiguarían el misterio…