Archivos Diarios: 14 noviembre, 2014
Los Romances
El alumnado de sexto ha preparado cuatro Romances, del Romancero Viejo, cuyos nombres son los siguientes: La loba parda, El milagro de San Antonio, Gerineldo y el Conde Flores.
Los cantamos a todo el alumnado del colegio y profesorado y a los padres del grupo de sexto.
En nuestros cuatro Romances había narradores que explicaban un poco la historia, también había músicos que tocaban guitaras, panderetas, un cencerro, un tambor y una flauta travesera. En el último romance representamos a los protagonistas con un pequeño «teatro».
El romance de la Loba parda: trata de un rebaño, que está pastando en una sierra y en esos momentos se encuentra encerrado en un redil. Cuando se acerca una manada de lobos que está intentando robar una borrega del rebaño. Pero los perros se lo impiden persiguiendo a la loba parda, porque su amo, el pastor, les promete recompensarles comida si la capturan, pero les pegará con su cayada si no lo hacen.
El romance de San Antonio: era un romance muy rítmico. Impresionó a todos con el sonido de la flauta travesera. Está basado en una leyenda sobre la infancia de San Antonio de Padua. Trata de un niño que tiene el poder de comunicarse con las aves y les dijo a todas la aves que no picaran el sembrado del huerto, porque su padre le había encargado que tuviese cuidado. Entonces el niño les dijo a todos los pájaros que se fuesen a comer por los montes y por los prados..
El romance de Gerineldo: es un romance de amor que trata de los amores del sirviente favorito del rey (Gerineldo) y de su hija la infanta, se cree que esta inspirado en una leyenda que narra los amores del sirviente favorito del emperador Carlomagno y de su hija la princesa Emma.
El ultimo romance era el del Conde Flores que lo mandan a la guerra dejando desconsolada a su mujer, la condesa, pero él le dice que si a los siete años no a vuelto se podrá casar. Pasan los siete años y el Conde Flores no ha vuelto y su mujer se disfraza de peregrina y va a buscarlo. Lo encuentra en un palacio, justo el día que se iba a casar con otra mujer porque pensaba que la condesa ya lo habría olvidado, pero al verla de nuevo se fue a su tierra, Sevilla, dejando llorando a la prometida.
Íbamos vestidos con un chaleco negro,una camisa blanca y unos pantalones de color oscuro para que pareciésemos personas de un gremio de trovadores y juglares que exponían al público sus romances.