… Y sopló, y sopló y la casa de madera derrumbó, y el hermano mediano fue a casa del hermano mayor. El lobo siguió al hermano mediano a casa del hermano mayor.
Al llegar vio que la casa era de ladrillos y se vio incapaz de derrumbarla, así que llamó a sus cinco hermanos.
Al llamar el cerdito pequeño fue a abrir la puerta, y una manada de lobos hambrientos entraron, pero lo que no sabían era que estaban los civiles cochinos, diciendo ¡las patas arriba! Y los llevaron a comisaria por intento de comerse a un animal inofensivo.