…Ya estaban por caer los dieciséis años y las buenas hadas, habían llevado a cabo su tramado plan de fingir haber criado a una huerfanita en una cabaña en medio del bosque, para que la maldición que le habían arrojado a Aurora, jamás se cumpliera.
Por fortuna ya no era un bebé y podía asumir la responsabilidad de convertirse en princesa y al mismo tiempo en esposa, pero ella se negaba, puesto que había vivido toda su infancia creyendo que era una campesina, pero era su deber aceptar ese cargo.
La llegada de la princesa conmovió a toda la corte, sobretodo al príncipe que estaba ansioso por conocer a su prometida.
Una vez la conoció, el príncipe siguió a la jovencita y las buenas hadas hasta sus aposentos. Cuando las hadas abandonaron la habitación se abrió una gran puerta en la chimenea y la princesa con la mirada perdida se adentró en ella. El príncipe cautivado por su belleza corrió a por ella. Cuando terminó de subir las interminables escaleras vio a la bruja con una rueca, entonces se tropezó con el último escalón y al caerse, se pinchó con el huso de la rueca. El príncipe se quedó dormido durante cien años y hasta entonces no podrían unir sus reinos.
La princesa fue a pedirle consejo a las hadas y ellas le dijeron que el príncipe jamas despertaría, a no ser que recibiera el calor del primer beso de amor, finalmente la princesa se decidió por romper el hechizo.
The end