…Entonces cuando dieron la doce la noche Cenicienta echó a correr y por la escalera se le cayó un zapato;
Al día siguiente el príncipe dijo que a la joven que le sirviera el zapatito de cristal, sería su próxima esposa.
Cenicienta corrió y corrió hasta llegar a un pueblecito que parecía muy pobre, en ese momento vino una señora de aspecto alegre y sonriente y le preguntó:
-«Joven ¿De dónde vienes?»
-«De palacio.»
Entonces la señora la miró y dijo:
-» No digas tonterías, si estás hecha un asco.»
Cenicienta se miró el vestido y vio uno roto y deshilachado, y entonces, se acordó que el hechizo había desaparecido.
La señora la cogió de la mano y la llevó al interior de una cabaña de aspecto feo y y malvado por fuera pero que por dentro era muy luminosa y alegre. La mujer sonriente la sentó en una silla y dijo que había que curarle los rasguños que se había hecho antes de llegar al pueblo.
Mientras se lo curaban Cenicienta miró el entorno donde se encontraba, era alegre, y luminoso, como había visto antes, pero ahora le parecía muchas más cosas le parecía acogedor y grande; alrededor suyo había muchas señoras que se preocupaban y preguntaban como se encontraba.
Ese día Cenicienta supo que su lugar estaba allí, rodeada de personas que la apreciaban tal y como era y no por sus joyas.