… La bella Blancanieves le pegó un bocado a la brillante manzana roja, de repente Blancanieves cayó al suelo, y quedó profundamente dormida. La malvada bruja se fue feliz a su palacio por lo que había hecho.
Después de un largo tiempo, Blancanieves se despertó y se encontró a los siete enanitos, pero ya no era ella, se había convertido en una bruja.
-Blancanieves ¿Qué te ha pasado?- dijeron todos al unísono.
– ¡Fuera de aquí!, asquerosos enanos- dijo con desprecio Blancanieves y se fue corriendo a palacio.
Al llegar Blancanieves, llamó a la puerta y con un hechizo se convirtió en la doble de la sirvienta de la malvada bruja. Cuando estuvo dentro cogió unas copas de la cocina y le echó a una copa, unas gotas de veneno y se dirigió a sus aposentos, al llegar le dio la copa.
– ¡Tráeme el vestido para la fiesta de esta noche ahora mismo! – dijo la malvada bruja.
– Celebro que esa sucia Blancanieves se haya muerto por fin- dijo señalando el vestido blanco y su corpiño.
Pero, de repente cayó muerta en el suelo, y esa noche se celebró una fiesta, la fiesta de que la bruja había muerto.