Dos días después de que vengan los reyes, tenemos que ir al cole otra vez, lo cual es inviable, porque no nos da tiempo ni a abrir nuestros regalos. No sé si es que sus majestades vienen demasiado tarde o que el cole empieza demasiado rápido, pero sea lo que sea no estoy dispuesto a aceptarlo, por lo que ideé esta excusa:
Cuando mi madre viene a despertarme, yo ya estaba despierto, y antes de que entrara por la puerta de mi cuarto, le dije:
-Hoy no puedo ir al colegio…
-¿Por qué?- me corta ella.
-Pues, por qué crees, porque no me ha dado tiempo de jugar con las cosas que me han regalado, por culpa de la comida familiar de ayer- le respondo indignado.
-¡Pero si ayer te quedaste aquí todo el día, y no fuiste a la comida caradura!- <Oh, oh código rojo, parece que la falta de sueño me está afectando al cerebro> pienso yo <tengo que pensar otra cosa…>
-Pero ya sabes que el Lego está a medio montar, y si viene la limpiadora y recoge las piezas sueltas seguro que me las pierde- respondo, desesperado por no ir al colegio en un día tan especial para mí.
-¡Anda, anda! Que tienes mucho cuento, si ya sabes que la limpiadora viene los lunes y hoy es martes, así que vístete y derechito al colegio.- Dicho esto se da la vuelta y se va a preparar el desayuno.
¡¡¡Nooo!!! Mega-fracaso de primera. La próxima vez tendré que hacerlo mejor… pero aún me queda un último recurso…
-Ooohhh, dolor, mira mi dedo- le exclamo a mi madre (me acabo de quitar la tirita de mi dedo y el corte que tenía me ha empezado a sangrar a borbotones [yo he puesto de mi parte])- me desangro…
-Anda, anda,” que tienes más cuento que Calleja”- y acto seguido me limpió la herida, me puso una tirita nueva (después de todo no era para tanto).
Tiempo más tarde, en la parada del autobús, y después de un rato esperando, mi madre mira el reloj y dice:
-¡Pero mira la hora que es! Ya no llegamos, y el coche está en el taller, vaya, tendremos que quedarnos en casita.
-¡Qué pena!- le respondo con mucha, pero que mucha ironía… ji, ji, ji.
Por Javier Horcajadas.