Hola, me llamo Traner, soy un elfo. Vivo con mi familia en una pequeña choza que edificamos entre dos árboles.
Era un día un poco diferente a los demás aunque yo no lo sabía.
– Mamá me voy de caza, llegaré dentro de una o dos horas- no hubo respuesta.- Bueno, estará durmiendo.
Cogí mi arco y empecé a buscar algún conejo, o un zorro. Odiaba tener que matar animales, pero todavía no podía coger plantas, pues no las diferenciaba y podían ser peligrosas.
Corría entre los árboles, un conejo se cruzó en mi camino y empecé a seguirlo, iba a atraparlo pero algo en mi instinto me dijo que no debía seguir. Me dí la vuelta y corrí hacia mi casa. Desde por la mañana me había parecido que algo malo iba a pasar.
Cuando llegué a mi casa subí al cuarto de mi madre, a ver sí ya estaba despierta, pero lo que vi me dejó horrorizado.
Mi madre mostraba quemaduras superficiales por todo el cuerpo. Sedris estaba a su lado observando como el cuerpo de mi madre se convulsionaba espantosamente. Sedris se giró hacía mí, entorno los ojos y noté que mi cuerpo se estremecía de horror y luego Sedris se echó a reir.
– ¡Ja, ja, ja…! ¿Qué me vas a hacer?- preguntó Sedris burlándose de mí.
– No sé a que has venido, ni por qué pero te recomiendo que te vayas.- Intenté parecer lo más seguro posible, pero no sonaría lo suficientemente convincente porque Sedris se puso a reírse. Salí corriendo y corrí hacia la casa de Mayael, una elfa de una hermosura indescriptible, y que tenía por apodo Mayael del Ánima.
– ¡Hola Mayael! mi voz delataba que algo malo ocurría, así que Mayael decidió acompañarme para derrotar a Sedris.
Cuando subimos a la parte de arriba de la casa me estremecí porque mi madre mostraba más quemaduras que antes. Mayael levantó la mirada y gritó algo como:
¿HATHANDER MENTHER!- Sedris levantó la mirada y luego abrió los ojos como platos. Se hizo un ovillo en el suelo y luego hubo una explosión.
También me acuerdo de mucha gente felicitándonos, pero no veía a mi madre, hasta que escuché una voz que decía:
– Traner, ven hijo mio.- Entonces la multitud dejo paso a mi madre. Contemplé que todavía mostraba algunas de las quemaduras. Me contó que Sedris quería absorver el maná de toda Naya, pero Mayael le frenó.
Dicen que yo le ayudé pero no me acuerdo.
Fin.
David.
Muy chulo, quiero felicitar a David porque me encanta su cuento.
Esta muy chuloooooooooo.
Esta historia está muy bien ambientada y es chula porque trata sobre datos ya existentes. Sería chulísimo que apareciesen mas historias como esta, cortas pero que se entrelacen. Solo recomiendo mejor redacción y más texto.
Te animo a escribir historias como estas, son interesantes y puedes dar una versión distinta. Durante esta semana van a salir varias historias parecidas a estas.