Siempre cerca del árbol mítico hay una serie de elfos que quieren transmitir contacto con la naturaleza o relajarse.
Tenemos una imagen muy equivocada de lo que son los elfos. Creemos que son esas pequeñas criaturas que saben volar, pero todo lo contrario, son criatruas de dos metros y medio, su color de piel es un tono entre azulado y verde, sus brillantes y vivaces ojos son de color madera castaño o verde, como el reluciente pasto que crece entre la foresta, e incluso algunos poseen unos ojos del color que adquiere el follaje de un roble cuando está en otoño. Sus largas y portentosas melenas son de un color cobrizo como el trigo y su cuerpo verde, robusto, atlético, musculoso pues no hay nada que objetar.
Además esa imagen de criatura inofensiva y cariñosa es totalmente mentira, son seres a los que como les faltes el respeto sacan una daga de su cinturón y ya no cuento más.
Esas orejas puntiagudas no lo son tanto como cuentan, bueno al fin y al cabo, no somos tan diferentes a ellos, salvo en los cuernos.
Las criaturas más próximas a ellos son los elementales, seres compuestos de polvo, hojas o incluso pétalos de flores. Por no mencionar los tres más básicos: los de la tierra, los del agua y los del viento. No tienen forma, además pueden adoptar la que ellos quieran o las que la madre tierra les proporcione. Van y vienen, aparecen y desaparecen, cuando ellos quieran.
Hablan con el silvido del viento y su función en un bosque es proteger las partes dañadas de él. Algunos dicen que son las almas de los árboles pidiendo ayuda.
ANDRÉS.
Qué bonito, está muy bonito.
Jorge, tengo la foto de Ideal si quieres te la mando por correo.