Salida a la biblioteca pública de Granada

Hoy día 13 de Marzo el grupo de 5º E.P.O ha ido a la biblioteca pública de Andalucía y biblioteca de Granada.

Al llegar, hemos entrado en la biblioteca a ver un cuenta-cuentos. El cuenta-cuentos era el escritor Arturo Abad. Ha empezado presentándose a él y a continuación a los ilustradores, Manuel y Patricia.  Mientras él nos contaba distintos cuentos, sus compañeros iban ilustrando distintas escenas sobre los cuentos que narraba Arturo.

El primer cuento ha sido uno que contaba la historia de un espantapájaros: a un niño le roban por la noche su cosecha y un hombre jorobado y medio cojo, le dice que han sido los cuervos y la madre le obliga a disfrazarse de naranja.

El siguiente cuento ha sido Taller de Corazones, que trata sobre un hombre que fabrica corazones, y primavera tras primavera le hace un corazón a la señora Reginia, y a cada corazón le añade un trocito del suyo; hasta que una primavera se da cuenta de que solo le queda un trocito.

El próximo cuento se titulaba El Grito en la Arena y trataba de una niña que vivía en el Sáhara y no podía ni gritar ni soñar. Entonces se va con su madre a unas dunas donde la gente puede gritar y soñar lo que quiera, y a partir de ese momento van todos los días a gritar y soñar. Todos los días era un poquito más feliz porque tenía esperanza.

El cuento que le sigue se llamaba La Lechera. Va sobre una muchacha que en vez de vender leche vende jamón. Es tan guapa que el panadero le dice: ¡Dáme tus ojos!, y le dice que no puede porque los tiene pegados a la cara;el verdulero le dice: ¡Dáme tu boca!, y la lechera dice que no puede por que la tiene pegada a su cara; y el carnicero le dice que le de su mano, pero dice que una leche y así todos los días hasta que una noche el carnicero va a su casa para que la lechera le de su corazón. Cuando lo consigue la lechera descubre que solo quería besarle.

El cuento que seguía ahora se titulaba el Sol y la Luna. Trataba de que la luna se enfada con el sol porque los girasoles no la miraban a ella y después el sol se enfada porque no puede ver las estrellas. Entonces un día se acaban abrazando y así la luna puede ver a los girasoles y el sol a las estrellas.

Zimbo era el título del siguiente cuento. Zimbo es un títere que solo quiere ser libre de las cuerdas que lo manejan. Entonces una noche le pide a su amo que le deje ser libre. Como su amo no le hace caso, Zimbo cuando llega  la noche,  coge unas tijeras y por fin es libre y descubre el mundo que nunca había explorado.

El último cuento se llamaba el Alma que Brilla. Va sobre que un hombre joven tiene un abuelo al que le brilla el alma; entonces el hombre le pide que apague las farolas de la calle, le pide que apague la luna, y le pide que apague las estrellas, y todo esto lo hace. Cuando lo ha hecho el nieto le dice que solo quería ver su alma que brilla.

Excusas por llegar tarde a clase

Realizamos el taller de escritura titulado: «excusa… (por llegar tarde a clase, para no traer los deberes, para ir al baño, etc.)».

Esta idea surge del blog de «Aula de Lengua», blog del nuevo I.E.S. Puerta del Mar (Estepona). De aquí leemos algunos de los textos creados por los alumnos de este instituto y nos sirve de motivación para crear nuestra propia excusa. El blog es http://auladelenguaestepona.blogspot.com/

Ahora vamos a dejar algunas de las excusas realizadas en el taller de escritura por sexto de primaria:

Abrí la puerta de clase y ví que todo el mundo había llegado, que la lección de matemáticas ya había empezado. Así que miré el reloj y me fijé en que había llegado tres cuartos de hora tarde. ¡Iban a ponerme un parte!

Yo hice como si nada y el profesor me miró. Como sabía que me iba preguntar el por qué había llegado tarde, empecé a pensar rápidamente en alguna excusa aunque no fuera nada creíble.

Le dije que yendo al colegio en coche, nada más salir de casa, este se nos metió en la acequia, por lo tanto nos tuvimos que bajar de él e ir andando al colegio, mientras que la grúa venía a recogerlo.

Mi madre llevaba en brazos a mi hermanita, y ella solo acababa de cumplir los dos años, pero entonces apareció un monstruo de aspecto horrible por el camino que nos devoró a los tres. 

La verdad es que estar dentro de la barriga del monstruo no era muy agradable, todo estaba lleno de un líquido espeso de color verde fosforito, y a todos (hasta a mi hermana pequeña), nos entraron ganas de vomitar, pero pudimos aguantarnos las ganas.

Sin parar, seguí contándole al profesor que allí dentro habíamos conocido a una cabra que también había sido devorada, y a un ciervo que se comió el monstruo por reírse de lo feo que era. Los dos, por cierto, con muchas ganas por salir de allí.

De repente, a todos se nos ocurrió hacerle cosquillas al monstruo para que vomitara y así todos pudiéramos salir de ese horrible lugar, pues así fue.

Al final la cabra volvió a su rebaño, y el ciervo siguió siendo igual de feliz que antes, y por supuesto nosotras volvimos al colegio.

El profesor me miró muy seriamente y puso cara de que me iba a caer una bien grande. Yo me puse colorada, y sentí que había metido la pata bien gorda.

Mar.