La pequeña se acercó a la estantería. En ella estaban almacenados cientos de libros viejos bien ordenados. La antigua estantería y todos sus libros, estaban cubiertos por una gruesa capa de polvo.
La niña, subió por unas escaleras que subían centenas de metros, por toda la estantería.
Subía y subía hasta que, de repente, paró. Todavía faltaba un tramo, seguramente infinito, para que la estantería acabase.
Aquella niña se llamaba Historia. Pasó de un ágil salto de la escalera a un estante.
Cogió un libro en el que ponía en la portada XXIII. Lo abrió y leyó la última página escrita:
«En la 23-53 дфђ∞ galaxia, conjunto de Hércules, estallará una súper Nova. Los sistemas de Ouncle, desaparecerán bajo la explosión que también afectará gravemente a las civilizaciones iniosianas».
Historia, sacó suavemente su pluma de escribir y un tarrito de tinta roja. Y, sin compasión, sin ni siquiera dudar ante lo que iba a escribir, como hacia siempre, dibujó la primera letra.
«Los humanos siguen con su gran guerra. No hay paz, solo destrucción. Su odio hacia el semejante le llevará a la destrucción total. Sus creencias, ciegamente defendidas a sangre y fuego le llevarán a la muerte. No habrá inocentes, no habrá culpables, no habrá de un bando, no habrá del otro, no haba nadie.
No solo el planeta Tierra está perdido, lo están también las recientes colonias de la Luna, de Marte, de Venus…»
Historia, escribía sin compasión, como siempre lo había hecho. A veces cosas buenas, a veces cosas malas, pero en la estantería había miles de libros por escribir…
Autor: León Perales Sierra, 6º EPO, 11 años.