Mucha gente acudÃa allÃ. Gente de todas partes. El árbol de la sabidurÃa les daba todo lo que querÃan. Animales de cualquier raza, vivÃan en armonÃa en las extensas ramas del gran árbol. La gente, al igual que los animales, se abrazaban al tronco del saber, al tronco del majestuoso árbol. De sus hermosas flores nacÃan humanos, felinos, aves, insectos, etc. Sus hojas, oxigenaban todo el mundo, y sus frutos, los frutos más sabrosos que jamás hayas probado, alimentaban a todos los seres vivos.
Muchos acudÃan a comer los frutos del árbol de alimento, y quién no deseaba beber del néctar de sus flores o nadar en las hojas que recogÃan agua de la lluvia. En ellas se bañaban todo tipo de peces y anfibios.  Otros trepaban por sus ramas, y escogÃan a sus hijos de las flores. El árbol de la vida se los entregaba, pero este árbol tenÃa otras cualidades. Aquél que estuviese enfermo o que fuese ya muy viejo, morÃa en las raÃces del árbol de la muerte, y este lo absorbÃa. Si alguien caÃa de sus ramas, iba a morir también en sus raÃces.
Aquel árbol era el corazón del planeta Tierra.
Autor: León Perales, 6º EPO, 11 años.