-¡Hola! soy la gota María, con la que te has lavado la cara esta mañana. Después de ti estuve casi dos horas por las alcantarillas de Granada hasta llegar a la gran depuradora. Había mucha agua y olía muy mal, pero era chulísimo, era como una gran ducha donde nos lavaban a todas y nos quitaban el barro. Luego me soltaron en las cañerías donde me recogieron para regar, (esta es mi parte favorita) es como un laberinto. Te dejan en la tierra, y una vez bajo tierra tienes que buscar el camino correcto para llegar a un yacimiento, cuando llegué era precioso, me tiré por una cascada de agua cristalina. Había peces de todo tipo. El río era muy bonito y desembocaba en un gran lago. Allí nos evaporamos y subimos a las nubes. La sensación era chulísima, recorrimos medio mundo y cruzamos América hasta llegar a un río de Alemania. Lo recorrimos hasta llegar al mar: mi casa.
Autora: Iara Gordon, 6º EPO, 11 años.
Bravo Iara! Me encanta la historia de esta gotita de agua que despues de alimentar la tierra vuelve a empezar y que nunca desaparece. Buen trabajo!