El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.
El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.Han perdido sin querer
su anillo de desposados.
¡Ay! su anillito de plomo,
¡ay! su anillito plomadoUn cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.
El sol, capitán redondo,
lleva un chaleco de raso.¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!
¡Ay, cómo lloran y lloran!
¡Ay, ay, cómo están llorando!
Canción tonta
Mamá.
Yo quiero ser de plata.
Hijo,
tendrás mucho frío.
Mamá.
Yo quiero ser de agua.
Hijo,
tendrás mucho frío.
Mamá.
Bórdame en tu almohada.
¡Eso sí!
¡Ahora mismo!
Canciones para niños. Canciones.
Federico García Lorca.
OBRAS COMPLETAS I. Madrid:
Editorial Aguilar, 1978. Col. Obras eternas.
Continuamos este interesante trabajo escuchando a un gran cantautor canadiense, Leonard Cohen y su pequeño vals vienés.
Deseamos que lo disfrutéis y os inunde de emociones.
Pinchad sobre la imagen.
Pequeño Vals Vienés (*)
Federico García Lorca
En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals,
este vals con la boca cerrada.
En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados,
hay frescas guirnaldas de llanto.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals,
este vals que se muere en mis brazos.
Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac,
que moja su cola en el mar.
Porque te quiero, te quiero amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals,
este vals de quebrada cintura.
Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac,
que moja su cola en el mar.
En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga cabeza de río.
¡Mira qué orillas tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar.
Quiero amor mío, amor mío, dejar
violín y sepulcro, las cintas del vals.
Quiero amor mío, amor mío, dejar
violín y sepulcro, las cintas del vals.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals,
este vals del «te quiero siempre».
Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac,
que moja su cola en el mar.
Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac,
que moja su cola en el mar.
Porque te quiero, te quiero amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia …
(*) Leonard Cohen tradujo esta letra al inglés para musicalizarlo con ritmo de vals.