Archivo de la categoría: LECTURAS RECOMENDADAS.

LAS FÁBULAS DE ESOPO

Os proponemos leer y reflexionar un poco sobre las fábulas.

Esopo

(S.VI a.C.) Fabulista griego. Pocos datos existen sobre la biografía de Esopo, y ya en la época clásica su figura real se vio rodeada de elementos legendarios.

Según una tradición muy difundida, nació en Frigia, aunque hay quien lo hace originario de Tracia, Samos, Egipto o Sardes. Sobre él se conoció una gran cantidad de anécdotas e incluso descripciones sobre su físico recogidas en la Vida de Esopo, escrita en el siglo XIV por Planudo, un monje benedictino, si bien es dudosa su validez histórica.

Así, se cuenta que Esopo fue esclavo de un tal Jadmón o Janto de Samos, que le dio la libertad. Debido a su gran reputación por su talento para el apólogo, Creso le llamó a su corte, le colmó de favores y le envió después a consultar al oráculo de Delfos, a ofrecer sacrificios en su nombre, y a distribuir recompensas entre los habitantes de aquella ciudad. Irritado por los fraudes y la codicia de aquel pueblo de sacerdotes, Esopo les dirigió sus sarcasmos y, limitándose a ofrecer a los dioses los sacrificios mandados por Creso, devolvió a este príncipe las riquezas destinadas a los habitantes de Delfos.

Éstos, para vengarse, escondieron entre los equipajes de Esopo una copa de oro consagrada a Apolo, le acusaron de robo sacrílego y le precipitaron desde lo alto de la roca Hiampa. Posteriormente se arrepintieron, y ofrecieron satisfacciones y una indemnización a los descendientes de Esopo que se presentaran a exigirla; el que acudió fue un rico comerciante de Samos llamado Jadmon, descendiente de aquel a quien Esopo perteneciera cuando fue esclavo.

Lo que sí parece cierto es que Esopo fue un esclavo, y que viajó mucho con su amo, el filósofo Janto. Las fábulas a él atribuidas, conocidas como Fábulas esópicas, fueron reunidas por Demetrio de Falero hacia el 300 a.C. Se trata de breves narraciones protagonizadas por animales, de carácter alegórico y contenido moral, que ejercieron una gran influencia en la literatura de la Edad Media y el Renacimiento.

Las zorras a orillas del río Meandro

Se reunieron un día las zorras a orillas del río Meandro con el fin de calmar su sed; pero el río estaba muy turbulento, y aunque se estimulaban unas a otras, ninguna se atrevía a ingresar al río de primera.

Al fin una de ellas habló, y queriendo humillar a las demás, burlábase de su cobardía presumiendo ser ella la más valiente. Así, saltó al agua atrevida e imprudentemente. Pero la fuerte corriente la arrastró al centro del río, y las compañeras, siguiéndola desde la orilla le gritaban:

— ¡ No nos dejes hermana, vuelve y dinos cómo  podremos beber agua sin peligro !

Pero la imprudente, arrastrada sin remedio alguno, y tratando de ocultar su cercana muerte, contestó:

— Ahora llevo un mensaje para Mileto; cuando vuelva les enseñaré cómo.

Por lo general, los fanfarrones siempre están al alcance del peligro.

LAS FÁBULAS DE ESOPO

Esopo nos hace pensar intensamente en numerosos aspectos de la vida a través de sus fábulas. Esperamos que reflexionéis un poco y comentéis en familia estas enseñanzas. Disfrutadlas.

El águila, el cuervo y el pastor.

Lanzándose desde una cima, un águila arrebató a un corderito.

La vio un cuervo y tratando de imitar al águila, se lanzó sobre un carnero, pero con tan mal conocimiento en el arte que sus garras se enredaron en la lana, y batiendo al máximo sus alas no logró soltarse.

Viendo el pastor lo que sucedía, cogió al cuervo, y cortando las puntas de sus alas, se lo llevó a sus niños.

Le preguntaron sus hijos acerca de qué clase de ave era aquella, y les dijo:

– Para mí, sólo es un cuervo; pero él, se cree águila.

Pon tu esfuerzo y dedicación en lo que realmente estás preparado, no en lo que no te corresponde.

LAS FÁBULAS DE ESOPO.

El águila y el escarabajo.

Estaba una liebre siendo perseguida por un águila, y viéndose perdida pidió ayuda a un escarabajo, suplicándole que le salvara. 

Le pidió el escarabajo al águila que perdonara a su amiga. Pero el águila, despreciando la insignificancia del escarabajo, devoró a la liebre en su presencia.

Desde entonces, buscando vengarse, el escarabajo observaba los lugares donde el águila ponía sus huevos, y haciéndolos rodar, los tiraba a tierra. Viéndose el águila echada del lugar a donde quiera que fuera, recurrió a Zeus pidiéndole un lugar seguro para depositar sus futuros pequeñuelos.

Le ofreció Zeus colocarlos en su regazo, pero el escarabajo, viendo la táctica escapatoria, hizo una bolita de barro, voló y la dejó caer sobre el regazo de Zeus. Se levantó entonces Zeus para sacudirse aquella suciedad, y tiró por tierra los huevos sin darse cuenta. Por eso desde entonces, las águilas no ponen huevos en la época en que salen a volar los escarabajos.

Nunca desprecies lo que parece insignificante, pues no hay ser tan débil que no pueda alcanzarte.

EL DIARIO

EL DIARIO

El trabajo realizado a lo largo de todo el curso ha estado dando un resultado muy agradable y sorprendente. Los objetivos planteados sobre este trabajo se cumplen poco a poco. Los textos han evolucionado con gran expresividad y riqueza lingüística, sin dudar de la presentación y la ortografía. Hay un gran nivel.

Os dejo aquí una de las entradas espontáneas que la autora quiere compartir.

UN BONITO ATARDECER

Esta tarde me he despertado y he visto un atardecer.

Era impresionante. Los bordes de las hojas eran iluminados por el sol, parecían esmeraldas. El agua que se había derramado, parecía como un mar de esperanzas y mi piedra color hierro parecía un rubí entre topacios.

El sol brillaba intensamente, el cielo se vuelve rosa, las montañas rojas, el sol naranja y las nubes se apoderan del sol.

Me meto en casa y … ¡A jugar!

 

Esperanza