El águila de ala cortada y la zorra.
Cierto día un hombre capturó a un águila, le cortó sus alas y la soltó en el corral junto con todas sus gallinas. Apenada, el águila, quien fuera poderosa, bajaba la cabeza y pasaba sin comer: se sentía como una reina encarcelada.
Pasó otro hombre que la vio, le gustó y decidió comprarla. Le arrancó las plumas cortadas y se las hizo crecer de nuevo. Repuesta el águila de sus alas, alzó vuelo, apresó a una liebre para llevársela en agradecimiento a su liberador.
La vio una zorra y maliciosamente la mal aconsejaba diciéndole:
–No le lleves la liebre al que te liberó, sino al que te capturó; pues el que te liberó ya es bueno sin más estímulo. Procura más bien ablandar al otro, no vaya a atraparte de nuevo y te arranque completamente las alas.
Siempre corresponde generosamente con tus bienhechores, y por prudencia mantente alejado de los malvados que insinúan hacer lo incorrecto.
Que historia mas bonita has elegido Juanjo.
Hola Enrique, me alegra de estar en contacto contigo. Procuraré introducir actividades interesantes. Espero que estés atento hay muchas fábulas de Esopo muy instructivas. ¿Cómo vas con la lectura? Yo estoy leyendo «Los juegos del hambre», es una trilogía que me está gustando mucho.
Juanjo me gusta mucho la fabula que has elegido.
Me alegro Julia. Son para reflexionar un poco y comentarlas a la familia. Besos.
Me gusta que las fábulas enseñen cosas.