… seguimos.
Mientras nosotras comemos (también necesitamos reponer fuerzas), ellos se trasladan a un sitio fresquito para realizar unos graciosos y divertidos talleres, en los que construyen unos lindos cerditos y mariquitas. Todo con material reciclado, fundamentalmente hueveras de cartón. A la vuelta al cole podrán llevarlos a casa.
Y continuamos con la actividad, en esta ocasión elaboramos unos deliciosos roscos que tomaremos al día siguiente para desayunar.
Con tantos ingredientes ricos nos han entrado ganas de comer, así que ¡A merendar!. Tenemos una sorpresa preparada y es que es el cumpleaños de Natalia y nos ha traído una deliciosa tarta de la sirenita Ariel, para compartir con todos. La acompañamos con un vasito de leche y… otra vez dispuestos y con fuerzas.
Le ha llegado el turno a las faenas de la granja, en concreto al cuidado de los animales. Aquí os dejo una muestra de todo lo que hicieron para aprender a ser unos buenos granjeros.
Va llegando el final de la jornada y en sus carillas se puede apreciar ya el cansancio ¡Qué bien caerán pronto!. Qué ilusas, tras la cena, otra vez con las pilas puestas y dispuestos a escuchar una preciosa historia de mano de un hada blanca y a jugar bajo la luz de la luna ¡Qué experiencia!
Bueno como parece que no tienen ganas de dormir, tras ponernos el pijama y asearnos un poco, hacemos un «pase de modelos por parejas» para enseñarnos nuestros preciosos trajes de noche. Como lo prometido es deuda, les repartimos unas chuches, nos lavamos los dientes, les contamos tres o cuatro cuentos (de mieeeeedo), les cantamos canciones y… por fin, a las 24:00 horas, cayó el último.
Ahora nos queda un ratito para ducharnos y descansar. ¡NO! que debemos poner alarmas para controlar el tema de «los escapes nocturnos».
Qué tranquilos los viajes de fin de curso, mucho mejor que un par de días en un balneario.
… Continuará.
Esther Justicia Justicia.