Aprendemos sobre microbios, con la mamá y la tita de Fabiola

El pasado martes recibimos en clase una visita muy especial, vinieron a realizar nuestro taller experimental, la mamá y la tita de Fabiola.

Ambas son farmacéuticas, así que podían ofrecernos información suficiente acerca de los virus, microbios, bacterias… Términos con los que ellas están acostumbradas a lidiar en su día a día y que nosotros (por la edad que tenemos) de manera cotidiana los utilizamos ambiguamente, o de manera genérica, para designar a casi cualquier «bichito» que nos parece que «atenta» contra nuestra salud.

Para poder llevarlo a cabo, el viernes de la semana pasada María (mamá de Fabiola) vino a recoger unas muestras y presentar un poco en qué consistiría la experiencia.

De manera general les habló de los microbios y de cómo están presentes en cualquier parte aunque no los veamos. Les lanzó varios interrogantes que dejamos «abiertos»: ¿Creéis que ahora tenéis las manos limpias? ¿Dónde pensáis que puede haber microbios? ¿En el aire hay microbios? ¿Todos los microbios son malos?, etc.

El alumnado formuló algunas hipótesis sobre los mismos y después recogimos muestras de nuestras manos, en una placa de Petri que contenía Agar-agar.  Primero lo hicimos conforme las teníamos y después pasamos por el baño, lavamos minuciosamente nuestras manos con jabón y volvimos ¡sin tocar nada! a clase, para la recogida de la siguiente muestra.

María nos explicó que el Agar-agar es un alga que le encanta a los microbios, así que si había microbios en nuestras manos podríamos observarlos muy pronto.

El método científico es una valiosa herramienta de investigación, que nos permite «aprender haciendo». A través de él podemos conocer, de una manera objetiva, la respuesta a un interrogante sobre el cual hemos realizado algunas hipótesis que deben ser desechadas o verificadas.

El empleo del método científico a estas edades, desarrolla el pensamiento crítico y las capacidades de deducción y razonamiento. 

Sin entrar en profundidad en cada uno de los pasos principales de esta herramienta, os diré que nuestro objetivo era que el alumnado comprobase de manera eficaz la importancia de lavarse correctamente las manos con frecuencia y de mantener una higiene adecuada, para la prevención de ciertas enfermedades.

Para ello les suscitamos la necesidad de responder a los interrogantes planteados (fase 1 plantear objetivo), les enfrentamos  a la formulación de hipótesis (fase 2), que en este caso no derivaba de la observación sino del intento de encontrar una solución plausible a las preguntas formuladas por María, este martes pudimos observar el resultado de nuestro experimento (fase 3) y finalmente, tras un poquito de información ofrecida por María y Julia (tita de Fabiola) pudimos reflexionar sobre todo ello y establecer unas conclusiones finales (fase 4).

Antes de pasar a observar qué había pasado con nuestras placas de Petri, nos explicaron un poquito qué son los microbios, dónde pueden estar y cómo afectan (para bien o para mal) a nuestro sistema inmunitario. Las ejemplificaciones de cada una de estas partes fueron fundamentales para hacer significativo el contenido, ya que al tratarse de algo no tangible, es difícil realizar la abstracción.

El alumnado fue interviniendo a medida que solicitaban colaboración, para hacer más dinámica la exposición, de tal manera que íbamos resolviendo algunos interrogantes, basándonos en la propia experiencia personal.

Después nos explicaron el porqué eligieron realizar este experimento y qué podríamos comprobar con él. Se detuvieron en el concepto de «colonia», para designar lo que nos íbamos a encontrar con nuestra observación. También nos pidieron que imaginásemos cómo sería un microbio y algunos voluntarios se atrevieron incluso a dibujarlo en la pizarra.

Por último nos informaron acerca de algunos tipos de microbios, como las bacterias, los virus y los hongos, dejando los protozoos para otra ocasión, ja, ja, ja.

Se detuvieron en puntualizar si cada uno de ellos era beneficioso o perjudicial para nuestro sistema inmunitario, acordando por ejemplo que había bacterias buenas en alimentos como el yogur o el queso y que las malas las debíamos combatir con antibióticos; que los virus debíamos combatirlos con vacunas o que los hongos eran más habituales de lo que pensábamos, siendo éstos levaduras, moho e incluso los champiñones de nuestro menú ¡pero qué descubrimiento!

Finalmente pudimos observar cada una de las placas de Petri, tanto de manera directa como a través del microscopio que nos prestaron nuestros compañeros/as de 6º de primaria.

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¡Fue una experiencia muy significativa para el grupo!

Nos dejaron también este libro, para que podamos conocer más cosas acerca de estos microorganismos.

De momento tan sólo lo hemos visto por encima y hemos realizado un taller «artístico-alfabético» relacionado con la temática. Cada uno debía inventar sus propios microbios y ponerles un nombre. Tanto la imagen como el texto son de creación libre.

Iremos aprovechando algunas asambleas para ir dando lectura a este interesante libro ya que en la votación llevada a cabo acordaron seguir investigando sobre ello.

¡Hasta pronto!

Esther Justicia.