La expresión libre y la comunicación

Como cada lunes, cuando el grupo esta al completo, dedicamos un momento especial para intercambiar las aventuras y desventuras que han vivido durante el fin de semana. Este espacio no solo nos ayuda a empezar la semana con energía, sino que también fomenta algo fundamental en esta etapa de desarrollo, la expresión libre y la comunicación.

El que mucho habla, mucho yerra: ¿cómo puedes evitarlo? » Alvaro MendozaYa os he hablado sobre la importancia de que nuestros rojitos puedan contar sus vivencias, ya sean grandes aventuras como una excursión al parque, o pequeñas experiencias del día a día, como jugar con su mascota o ayudar en casa. En este intercambio, no solo comparten, sino que también aprenden a escuchar a los demás, esperar su turno y valorar las historias de sus compañeros.

¿Por qué es tan importante este ejercicio?

A los 4-5 años, los niños están en una etapa en la que sus habilidades comunicativas están floreciendo. Hablar sobre sus experiencias les permite:

  1. Organizar sus ideas: Contar lo que hicieron implica recordar y dar estructura a sus pensamientos.
  2. Desarrollar el lenguaje: Cada vez utilizan más vocabulario y construyen frases más complejas.
  3. Fortalecer la confianza: Poco a poco, se animan a hablar delante de los demás sin miedo ni vergüenza.
  4. Practicar la empatía: Al escuchar a sus compañeros, entienden que todos tienen vivencias diferentes y aprenden a interesarse por ellas.

Por mi parte, es esencial reforzar positivamente sus intentos y demostrarles que sus historias son valiosas. Preguntarles cómo se sintieron, qué les gustó más o qué aprendieron de lo que hicieron, les ayuda a profundizar en su relato y a sentirse escuchados.

Lucía, nos deja a todos fascinados al contarnos lo mucho que ha disfrutado con Pepita, nuestra mascota viajera. Su relato nos llevó hasta la Fortaleza de la Mota, donde aprendió y nos enseñó qué es una catapulta y un bolaño. Nos explicó que los bolaños eran unas grandes piedras que se utilizaban como proyectiles en las catapultas para defender los castillos. ¡Guau! Es increíble cuánto están aprendiendo estos rojitos. 

Además, el lunes tuvimos nuestra sesión mensual de yoga con Marta. Esta vez trabajamos un tema importante para los peques, «el volcán que llevamos dentro».

Marta explicó de una forma muy cercana cómo, a veces, las personas nos sentimos como un volcán cuando estamos enfadados o frustrados. A través de posturas sencillas y dinámicas, los rojitos aprendieron estrategias para reconocer y gestionar estas emociones.

Por ejemplo, exploramos cómo una respiración profunda puede ayudarnos a «apagar» el volcán antes de que explote, o cómo usar movimientos de relajación para liberar la tensión. Muchos compartieron momentos en los que se habían sentido como «un volcán» y pudieron practicar formas de canalizar su energía de manera positiva.

El lunes, el juego de cartas del alfabeto fue el protagonista. Las letras, hechas con lija en relieve, permiten a los rojitos tocarlas y aprender su direccionalidad para escribirlas correctamente. Nos divertimos manipulándolas, identificando palabras que comienzan con cada letra y, por iniciativa de los peques, ¡escribimos nuestras propias «letras-carteles»! Estas actividades son clave para trabajar la conciencia fonológica, y continuaremos desarrollándolas durante el trimestre.

Sin duda, la actividad estrella de la semana es nuestro taller experimental con la mesa de luz. Este recurso mágico les ha permitido explorar los colores y sus mezclas, los números, las letras y mucho más.

Ver sus caritas de asombro al descubrir cómo se combinan los colores es maravilloso. Este tipo de experiencias sensoriales no solo estimulan su creatividad, sino que también refuerzan conceptos importantes de manera lúdica y emocionante.

Los miércoles, además de las clases de educación física e inglés, nos enfrentamos a nuevos retos con nuestras láminas de estimación y problemas de cálculo global. Cada vez manejamos cantidades mayores, y el grupo responde fenomenal. Los problemas de las galletas siguen siendo sus favoritos, ¡nos reímos un montón resolviéndolos!

Por la tarde, nos adentramos en técnicas artísticas llenas de sorpresa y diversión. Probamos varias actividades, pero dos se llevan  nuestro atención. Primero, creamos rayas verticales con un cartón ondulado y gotitas de pintura sobre el papel.

Luego, usamos una pipeta para llenar un papel de servilleta con manchas de colores. Manuel resume la tarde diciendo: «¡Vaya tarde de experimentación, jajaja!».

Cada semana es una nueva oportunidad para aprender y crecer juntos.

Silvia.