El inicio de este segundo trimestre ha traído consigo la necesidad de retomar ciertos hábitos y rutinas, que ya teníamos instaurados dentro de nuestro día a día, y que «favorecen» enormemente el buen clima de juego y trabajo en el aula.
Sin ahondar mucho en el tema, pero confiriendo la importancia que tiene, me gustaría resaltar que el fomento de la autonomía unido a la iniciativa, en estas edades, es crucial para un correcto desarrollo y crecimiento personal. Quizás dedique alguna entrada específica a hablar ampliamente sobre ello pero debemos tener presente que la autonomía revierte directamente y de manera exponencial, en aspectos como autoestima, auto-concepto, seguridad, frustración, libertad de pensamiento, búsqueda de soluciones, creatividad… formando parte todos ellos del aprendizaje, en término globales.
Por tanto debemos acompañar a nuestros peques en su crecimiento, con la premisa de «dejar hacer». Confiar en sus capacidades, otorgarles responsabilidades o alentarles en la consecución de metas reales, es una excelente forma de fomentar la autonomía en líneas generales.
Dentro del aula, otorgar libertad para escoger sus propuestas de juego, ofrece una excelente oportunidad al alumnado para poner en práctica todas las habilidades y competencias, en relación a este área en concreto y otras muchas. Socializar aprendizajes o lo que es lo mismo, integrar y aplicar ciertos procesos mentales que nos permiten una interacción efectiva y afectiva con nuestros iguales, es fundamental para fijar conocimientos y progresos. Sería algo así como la aplicación práctica de la teoría, en términos coloquiales y muy genéricos.
En estas primeras semanas, han sido varias las propuestas de juego llevadas a cabo en el aula, ninguna de ellas se ha mantenido constante en el tiempo, no teniendo por tanto cabida la profundización o investigación. Sin embargo, todas y cada una de ellas nos ha aportado un amplio abanico de aprendizajes vivenciales y significativos, que hemos tenido oportunidad de poner en común de manera amplia en nuestras asambleas. La fase de comunicación, análisis y reflexión, que se produce tras el juego, enriquece considerablemente esta herramienta de aprendizaje, convirtiéndola en la herramienta por excelencia dentro de la etapa de Educación Infantil.
Os invito a trasladar ese intercambio de comunicación al ámbito familiar, os va a sorprender la cantidad de aspectos susceptibles de análisis que se extraen de él.
De manera paralela al juego, hemos llevado a cabo otras muchas experiencias educativas, que os iré relatando poco a poco por aquí. Aunque de manera diaria tengo oportunidad de hablaros sobre ellas, en nuestras despedidas.
¡Espero los dibujos de los libros de la biblioteca, este jueves!
¡Hasta pronto!
Esther Justicia.