JUEGOS DE MESA Y LÓGICO-MATEMÁTICA

Buenas tardes familias,

Son muchas las cosas que tengo que contaros acerca de nuestro trabajo esta semana, pero dado que a diario os voy informando de ello en las despedidas, en esta entrada me voy a centrar específicamente en  los «pasatiempos» y «juegos de mesa». Así como en la relación directa que mantienen con el área lógico-matemática (entre otras muchas).

Podríamos afirmar de manera casi categórica que, los juegos de mesa poseen un incalculable valor como herramienta educativa. Tomando ésta última, en su acepción más amplia. Tanto es así que incluso existe una metodología específica basada en ellos.

Como sabéis cada miércoles por la tarde, realizamos un taller alusivo a la lógica-matemática, que combinamos con el de funciones ejecutivas (control inhibitorio, memoria de trabajo y flexibilidad cognitiva). Una de las herramientas que más estamos utilizando este curso son los juegos de mesa.

A lo largo de la semana, son otros los momentos en los que también interaccionamos con este tipo de material. Siendo en este caso, normalmente, relacionado con las propuestas de juego-investigación que se estén llevando a cabo en el aula en ese momento.

En la edad correspondiente a nuestro grupo, el desarrollo pisco-evolutivo del juego avanza desde el juego simbólico al juego reglado. Es por ello, que aunque en edades anteriores existan muchos juegos de los que poder disfrutar, normalmente se realiza con acompañamiento del adulto. Nosotros ya vamos adquiriendo dinámicas más complejas, para compartir en grupo y ser más autónomos al respecto.

En primer lugar me gustaría evidenciar que los juegos de mesa son un recurso fantástico y accesible para cualquier momento de ocio, bien sea a nivel individual, por parejas o colectivo. La diversión suele estar asegurada y además fomentan el vínculo socio-emocional con el resto de componentes. 

Sin embargo es habitual desconocer, o no otorgar demasiada relevancia, al poder educativo que poseen estos juegos, relegándolos tan sólo al área de entretenimiento. Abarcan tantas áreas y aspectos que sería muy extenso realizar un exhaustivo examen de ello aquí, pero os dejo algunas de sus aplicaciones:

  • Introducen a los peques en el «juego de reglas», fase posterior al juego simbólico.
  • Es una herramienta fantástica para la consecución de distintas competencias, asociadas a las diferentes áreas de aprendizaje. Pongamos como ejemplo algunos  contenidos matemáticos como el conteo (casillas), los números ordinales (turnos de juego), el reconocimiento de figuras geométricas (tangram), la relación número-cantidad (dominó), etc. Y así con todas las áreas, bien a nivel particular bien de manera integral o globalizada.
  • Ejercitan enormemente la memoria de trabajo, ya que el cerebro debe recurrir a la memoria a medio plazo para recordar aquellos datos, conceptos, conocimientos … que ya posee para poder implementarlos correctamente en el desarrollo del juego.
  • La planificación, como función cognitiva superior, está presente en la inmensa mayoría de ellos. Aunque exista un fuerte componente de azar, depende en gran medida de la capacidad de estrategia de cada uno, el éxito o no de sus actuaciones. Y para establecer estrategias debemos poner en funcionamiento lo que espacialmente estamos observando, el diálogo o narrativa interna que realizamos para ir desgranando «qué ocurría sí…» y finalmente decidirnos por utilizar una u otra. ¡algo nada fácil a estas edades!
  • Trabajan de forma muy potente y directa el control inhibitorio o de impulsos,  ya que es necesario «aprender a esperar turno» o  simplemente «no decir al oponente la estrategia pensada». 
  • Presentan el error como posibilidad de construir el siguiente conocimiento.
  • Enseñan a perder. O lo que es lo mismo a enfrentarse a pequeñas frustraciones inevitables y a regular emocionalmente cómo se afrontan.

Después de conocer o recordar todo esto ¿a quién no le apetece una partida? No es necesario poseer los últimos juegos presentes en el mercado o una gran batería de ellos, recurrir simplemente a los de «toda la vida» es una opción fácil y al alcance de todos.

Nosotros en clase hemos jugado a una gran variedad de ellos y otros que aún nos quedan por descubrir. Algunos enfocados específicamente en un área/aspectos concretos y otros que abarcan varios al mismo tiempo.

Nuestro compañero Rio, nos ha aportado esta semana éste.

Aunque a priori pueda parecer un juego sencillo, recomendado para más de 3 años y enfocado en el aprendizaje de los colores, formas y números, nosotros le hemos «sacado mucho más partido».

Al compartirlo en gran grupo, hemos aprovechado para trabajar la autonomía individual y el fomento de la iniciativa. También para la creación de momentos de conexión, llevando a cabo el juego en «parejas de juego». La percepción espacial, las habilidades motrices finas, la coordinación óculo-manual, así como la  planificación y toma de decisiones, han estado muy presentes también.

A nivel de funciones ejecutivas hemos puesto es marcha:

  • La memoria de trabajo. Ya que recordar las instrucciones dadas al principio, el color de mi personaje y el turno a seguir (incluso dentro de la pareja) no ha sido sencillo.
  • El control inhibitorio. Inhibiendo impulsos para avanzar de casilla (con tal de llegar el primero) o cediendo el dado al compañero/a que le toca (pese a desear hacerlo uno mismo para sentirse victorioso/a).
  • La flexibilización cognitiva. Aceptando que en ocasiones no sucedía lo que a priori pudiera parecer (como llegar a la meta el primero por ir delante durante todo el juego) o sacar varias veces un número «bajito» y no avanzar apenas casillas, mientras el resto sí que lo hacía. Todo ello con una gestión de la frustración, bastante aceptable para estas edades.

Aprovecho la ocasión, ya que algunas familias me han solicitado orientación sobre adecuación de juegos, de cara a próximas adquisiciones, para dejaros una pequeña selección (multinivel), en esta ocasión relacionados con el desarrollo de la competencia matemática. Es importante tener en cuenta lo entrenados que estén o no en este tipo de herramienta de juego, a la hora de escoger uno u otro.

  • «Monza» (a partir de 5 años). Combina suerte y estrategia. Muy bueno para iniciarse en el razonamiento lógico.
  • «Balance beans» (a partir de 5 años). Juego de lógica aplicada a las matemáticas, con cuatro niveles de dificultad, en el que se escoge un reto a superar. Es de uso individual.
  • «Diez lobitos» (a partir de 5 años). Numeración y primeras sumas. Se puede utilizar hasta segundo ciclo de primaria. Permite distintos grados de complejidad según elijas número u objetos para jugar.
  • «Bichos» (a partir de 6 años). Ejercita la memoria y el cálculo mental.
  • «Batalla de genios» normal o junior (el junior es a partir de 3 años el otro a partir de 6). Juego de lógica, visión espacial, atención y planificación. El normal permite el juego en solitario, el junior no estoy segura.
  • «Código Secreto 13+4». Está recomendado para más de 8 años pero se puede adaptar. Los objetivos principales son la concentración y el cálculo mental con las operaciones básicas (en esta edad utilizando tan sólo sumas y restas).

Existen muchas opciones y multitud de juegos, pero no se trata de acumular sino de practicar.  Os iré dejando periódicamente otros tantos, orientados a distintas áreas.

Estos fríos días que estamos teniendo nos invitan a compartir juegos en casa así que «dejemos a un lado pantallas» y …

¡A JUGAR!

Ni que decir tiene que serán bienvenidos en clase todos aquellos que consideréis son adecuados para nuestro grupo y puedan enriquecer nuestras sesiones.

Los juegos de mesa son tan sólo una herramienta más, dentro del desarrollo general del área lógico-matemática. Son muchas otras las utilizadas en clase, de manera periódica, así como las situaciones de aprendizaje planteadas.

Valgan en esta ocasión como ejemplo:

  • Todos las tareas de la asamblea de inicio en relación al conteo de asistentes, fecha, actividades a realizar en la jornada…
  • Los problemas de cálculo global. Se trata del cálculo que puede realizar el cerebro a partir de imágenes, sin necesidad de conocer ningún algoritmo de resolución. Por ello se emplean cantidades reducidas y los enunciados suelen ser situaciones fácilmente imaginables para el alumnado.  Estos nos ayudan en la creación de estrategias personales globales de resolución, así como en la comprensión de los enunciados. Ejemplo: «Si tienes tres croquetas y te comes dos, cuántas croquetas te quedan».
  • Los problemas de cálculo mental. En los que, a diferencia de los anteriores, se debe conocer y controlar el sistema numérico,  las operaciones aritméticas, la composición y descomposición de números, etc. para elaborar estrategias de resolución eficaces y rápidas. Nos ayudan a mejorar no solo las estrategias de cálculo sino también la comprensión, el razonamiento, la memoria y el pensamiento abstracto. Ejemplo: «Si venimos al colegio cinco días y cada día hacemos dos dibujos, cuántos dibujos haremos en total».
  • Los pasatiempos de «unir con puntos» o  el «bingo», que hemos puesto en práctica esta semana, para reforzar el aprendizaje de la recta numérica del 0 al 20.  Conocer la numeración de las dos primeras decenas implica mucho más que el simple conteo o retahíla que saben hacer todos. Debemos reconocer las grafías correspondientes a cada número, saber contar hacia delante y hacia atrás, saber establecer correspondencia de cantidades (cuál es mayor o menor), saber localizar el número anterior-posterior, etc.

En el trabajo de «unir con puntos» permite seguir la recta numérica con cierta facilidad ya que la imagen que se va obteniendo va «dando pistas» de la grafía que corresponde al siguiente número. Pero… no era tan fácil, había una pequeña «trampa» en la que algunos/as cayeron.

En «el bingo», la motivación intrínseca por ir colocando fichas en las tarjetas sirve como acicate para conocer mejor la numeración y ser más rápido que el resto de participantes. Presentar de manera repetida y atractiva un determinado juego ayuda a fijar conocimientos, de manera inconsciente, a través de un efecto que la neurociencia denomina como priming.

Espero que esta entrada os acerque un poquito más, si cabe, al conocimiento de cómo aprendemos en clase de manera lúdica, motivadora, significativa y por supuesto respaldada científicamente desde el ámbito de la neurociencia.

Os dejo unas imágenes del cumpleaños de Elena, que esta semana ha cumplido seis años y nos ha invitado a una deliciosa tarta de chocolate ¡Felicidades Elena!

¡Buen fin de semana!

Esther Justicia.

 

 

Profesión: Hostelería

Ayer nos visitó Raúl, papá de nuestra compañera Maya, para contarnos sobre su trabajo. Raúl tiene un restaurante que se llama «El Zahir», un nombre muy especial que viene de una novela escrita por Paulo Coelho. Nos explicó que «El Zahir» significa algo que no podemos dejar de pensar, algo inolvidable… ¡y seguro que su comida también lo es!

Raúl y Maya prepararon una presentación para mostrarnos cómo es el interior de su restaurante. Primero, nos enseñaron el comedor, donde las mesas están siempre listas para recibir a los clientes. Luego, pasamos a la cocina, donde sucede toda la magia. ¡Incluso conocimos a las personas que trabajan con Raúl! Nos presentó a las dos cocineras, una de ellas es muy especial para Maya, porque es… ¡su abuela! , y a los dos camareros que ayudan cada día a que todo sea perfecto.

Maya también nos contó que a veces ayuda a preparar croquetas y otros pequeños detalles en el restaurante. ¡Qué suerte tiene de participar en algo tan divertido!

En «El Zahir» hay una carta muy variada: podemos encontrar platos de carne y pescado, Raúl nos contó que cada mañana sale a comprar los ingredientes más frescos y de la mejor calidad para que sus clientes disfruten de lo mejor.

Después de mostrarnos todo esto, ¡Raúl y Maya convirtieron nuestra clase en un restaurante! Primero aprendimos a poner la mesa correctamente: el tenedor a la izquierda, la cuchara y el cuchillo a la derecha, y la servilleta sobre el plato. ¡Qué importante es que todo esté en su lugar!

Pero lo más divertido llegó cuando nos dieron una carta especial para los rojitos. Maya pasó mesa por mesa anotando los pedidos de todos los clientes, mientras Raúl se encargaba de preparar y servir los platos. Fue como estar en un restaurante de verdad. ¡Todos hemos disfrutamos muchísimo del juego!

Al final, como en cualquier restaurante, nos pasaron la cuenta. Pero no os preocupéis, porque teníamos dinerillo especial para pagar.

Hemos aprendido mucho sobre el trabajo en un restaurante y, sobre todo, ¡nos hemos divertimos un montón! También aprendemos que cuando hacemos las cosas con cariño, como Raúl y su equipo, ¡el resultado siempre será especial!

Gracias a Raúl y Maya por regalarnos esta mañana tan singular.

Esperamos que te gusten nuestros dibujos:

Feliz fin de semana.

S i l v i a.