¡Buenas familias!
La pasada semana empezó el mes de mayo y lo hizo ¡a lo grande!
En nuestro calendario marcamos las fechas más señaladas, en las que tenemos previstas actividades de significación especial como: salida a la vega, taller de cocina, conferencias de mini-expertos/as y otras que puedan ir surgiendo.
En la presente entrada os relato un poquito el proyecto de la granja, que estamos llevando a cabo en clase y que realizamos, por un lado de manera paralela a otras actividades planteadas y por otra de forma interdisciplinar, mediante la inclusión de talleres enfocados a las distintas áreas de desarrollo, como ahora veréis.
La temática del proyecto surgió de la propuesta de juego-aprendizaje que la semana anterior se desarrolló en el aula, en relación a los animales de granja.
En la mayoría de las ocasiones, captar el interés o la motivación que surge de forma natural o espontánea en el grupo y canalizarla hacia un tema cercano, significativo y que permite trabajar de forma globalizada todas las competencias básicas requeridas en esta etapa educativa, es la mejor opción para la personalización del aprendizaje. Personalización que contempla no solo la diversidad existente en el aula (entendida en su acepción más amplia) sino que prioriza las necesidades, capacidades y estilos de aprendizaje de cada una de las personas que conforman el grupo clase.
Avanzamos por tanto en la misma, incluyendo elementos en nuestra «maqueta o escenario de juego», que le aportan realismo y simbolización. La motricidad fina, la coordinación óculo manual, la creatividad (como búsqueda de soluciones eficaces), la imaginación, el trabajo en equipo, la ayuda mutua, el ensayo-error, la construcción de nuevos aprendizajes sobre la base de las ideas previas, la toma de decisiones, la elección democrática, la verbalización de lo aprendido y cómo, etc. conforman una cantidad de habilidades y desarrollo de capacidades y competencias, ajustadas al currículo e imprescindibles en esta etapa educativa. La competencia de aprender a aprender supone el eje vertebrador de todo proyecto, mucho más allá de objetivos y contenidos estancos e inconexos.
Relaciones de correspondencias mediante el agrupamiento de los distintos animales, medidas para la construcción de las distintas dependencias, rectas paralelas o perpendiculares para los caminos, orientación espacial para la distribución de los elementos de la maqueta, proporciones para moldear figuras en plastilina acordes a su ubicación, composición y descomposición de cantidades para rellenar las cestas de huevos ( si veis en la foto aparece una decena y dos unidades sueltas) y un largo etcétera de experiencias de aprendizaje que hicieron que el interés se acrecentase conforme la semana avanzaba.
Sus producciones gráficas deben interpretarse como representaciones esquemáticas de todos esos aprendizajes puestos en práctica, los elementos más significativos para cada uno o una y a la vez como reflexión de qué se ha aprendido y cómo.
Como acicate para mantener esa conducta tan productiva se me ocurrió dejarles hacer barro para rellenar nuestra pocilga. Trasladar el ambiente educativo fuera del aula, ofrece paisajes de aprendizaje más extensos e interconectados. Experiencia en la que aprovechamos, no sólo para disfrutar de lo lindo manchándonos y experimentando sino para establecer hipótesis sobre las cantidades necesarias para conseguir una mezcla consistente y algo homogénea, compartir ideas acerca de la diferencia entre el barro y el cemento, poner en práctica la reutilización o el aprovechamiento de elementos como el agua de lluvia, etc.
Así han ido quedando las nuevas dependencias, entre las que han incluido una conejera con ventanas y una puerta superior abatible para introducir los conejos y gallinas (con separación interior para ambos), una piscina con solarium y árboles o un gran redil donde guardar de forma segura nuestras ovejas y cabras.
En los tiempos destinados a las asambleas de comunicación y taller de lectura o biblioteca, consultamos varios ejemplares y profundizamos en dos animales en concreto, las gallinas y los patos. Realizando un repaso general por todos aquellos otros que de alguna u otra forma ya conocíamos previamente. Ha sido necesario recordar términos como gazapo, lechón, cloquear, ubre o similares.
Además de todo esto hemos aprendido la dinámica de los crucigramas, repasado la grafomotricidad de los primeros números y seguido entrenando los pasatiempos de «busca las diferencias» o «laberintos», todos con temática granjera.
Para finalizar la semana disfrutamos de dos actividades medioambientales, bien distintas pero con alto grado de disfrute:
- Salida mensual a nuestro entorno más cercano, la vega granadina. En donde encontramos hormigueros, mariquitas y bicheros de todo tipo que cohabitan en ese entorno natural.
2. Celebración de la tarde cooperativa, en la que las profes nos pusimos manos a la obra con la limpieza del huerto, esponjándolo de las matas de habas y malas hierbas. El grupo verde colaboró en el adecentamiento del arriate en el que se encuentra el olivo y lo hizo fenomenal.
NOTA: Hoy hemos escuchado el «mini-experto» de Mateo A. acerca de los leones y leonas, ha sido muy interesante. Os enlazaré detalles y fotografías junto al de Nora, que es mañana y versará sobre «los peces araña».
Ah, y el jueves tendremos taller de cocina granjera, con materias primas e ingredientes derivados de la granja/huerto.
¡Hasta mañana!
Esther Justicia.