En la asamblea, tras las intervenciones de todo aquel que voluntariamente ha decidido participar, han salido dos propuestas de juego bien diferenciadas: los bomberos y los unicornios. Tras la votación grupal, ha sido ésta última la propuesta elegida, así que hemos expuesto algunas ideas previas básicas acerca del tema y sin más preámbulos nos hemos puesto «manos a la obra».
Entre otras cosas, ha quedado claro que los unicornios son seres fantásticos que no habitan en el mundo real, que son amigos de los Pegasos y que viven en libertad. No ha quedado muy definido qué comían, cuál era su hábitat y si los cuidaba o no alguien.
Para el juego, como se trata de pura fantasía y experimentación, han decidido adoptar dos roles: unicornios y los cuidadores de éstos. Con las sillas y mesas han creado un cercado para que no pudiesen escapar y se han ataviado para la ocasión o con maquillaje o con unos cuernos que ya habían utilizado en la clase roja, el curso pasado. Durante el transcurso del juego han recordado que los unicornios «bebés» no tenían rayas en su cuerno y cuando se convertían en adultos sí, así que han ido adoptando el rol que mejor les parecía. También que se saludaban chocando su cuerno.
En la expresión gráfica nos centramos en ser precisos en el trazo del dibujo, para poder repasar las líneas con rotulador fino. El que ha dispuesto de tiempo suficiente también le ha dado color. ¡Se pueden apreciar los unicornios perfectamente, eh!
Estamos conformando una cesta otoñal, con algunos elementos que estamos recibiendo de casa. De momento disponemos de piñas, membrillo, calabaza, castañas de indias y algunas hojas. Hablamos un poquito acerca de los cambios que se producen con la llegada de esta estación y conocemos los conceptos de perenne y caduco (que aunque probablemente no recordarán su nomenclatura, sí que les ha quedado claro de qué tratan). Aprendemos a diferenciar entre las castañas que podemos comer y las de indias, haciendo hincapié en no probar NUNCA nada, sin que nuestros familiares o los adultos que nos tutelan lo sepan.
Como algo extraordinario, hemos probado unas «chuches» en la asamblea. Leo S. nos han traído unas golosinas «monstruosas» que aludían a la temática de halloween. El misterio estaba en que sus sabores eran algo peculiares, incluso diría que alguno hasta «repulsivo», me ha tocado a mí.
En la puerta del aula hemos destinado un rinconcito medioambiental, para poder observar el crecimiento de nuestras semillas de caléndulas y las de habas (que mañana sembraremos en un bote).
¡Hasta mañana!,
P.D: Sed puntuales, que tenemos la primera conferencia de experto.
Esther Justicia.