5,4,3,2,1 …
¡DESPEGUEN!
La ilusión por poder montarnos ya en nuestro cohete espacial nos estaba embargando por completo y aún le faltaban algunos retoques de montaje y decoración (ya que no es tarea fácil si queremos que sea duradero). De modo que sin pensárnoslo dos veces, sustituimos el dibujo de la propuesta de juego, que llevan a cabo durante la mañana, por una sesión de motricidad fina en la que puntean unas preciosas y brillantes estrellas de goma espuma con purpurina, que nos servirán para adornar nuestro cohete. También decidimos fabricar algunos complementos para ataviarnos como auténticos astronautas o alienígenas (manguitos espaciales, escafandras y diademas marcianas).
En la tarde cooperativa volvemos a visitar la pista deportiva, en esta ocasión jugamos con los aros, las pelotas, los zancos, las cuerdas y el paracaídas. Este último material siempre aporta muchas anécdotas y favorece el disfrute en grupo. Realizamos juegos de intercambiarnos con l@s compañer@s que están situados en el mismo color que nosotros pero enfrentad@s, de intentar que la pelota no caiga haciéndola botar lo más alta posible, de fabricar una cueva, etc.
El martes recibimos en el aula la visita de Pablo, el papá de Adrián , que nos explicó de una forma muy divertida en qué consistía la profesión de Administrador de fincas (entrada anterior específica).
El miércoles damos por concluida la decoración de nuestro cohete con el pegado de las estrellas que punteamos el lunes y una franja de papel de color rojo, que adornamos con pegatinas de formas geométricas. El nombre que hemos votado para nuestro cohete es ROJA18 y en próximos días lo incluiremos también en el frontal del mismo.
Pues bien, aún tuvimos que esperar hasta la tarde para poder disfrutar plenamente del «viaje espacial», ya que teníamos prevista otra colaboración familiar esa mañana. Silvia, mamá de Sergio R., nos hizo una demostración de lanzamiento espacial con la ayuda de unos cohetes (fabricados por ella misma con botellas de plástico), nieve carbónica (gas CO2 congelado) y agua. Y como una imagen vale más que mil palabras, además de las fotos os dejo un pequeño video de la experiencia.
¡POR FIN!, llegó la hora de abrir la puerta del cohete y … madre mía a los dos minutos tuvimos que establecer turnos de disfrute para que todo se desarrollase con cierta tranquilidad.
A la mañana siguiente, y como no podía ser de otra forma, volvemos a disfrutar de nuestro juego en el aula, esta vez mucho más sosegado y organizado. El equipo 3 se ausenta un ratito para asistir al experto en Dinosaurios del grupo verde (la semana pasada el equipo 4 asistió al experto en Robots). Adaptamos el robot que nos regala Ainhoa para la clase de modo que se convierta en un buen vigilante de nuestra nave, cuando no estemos presentes, je!.
Otros dos equipos realizan «juego espacial» y el último una actividad matemática basada en la descomposición de números a través de la manipulación y con el hilo del conductor del espacio ¿Veis el cohete?
Por la tarde un ratito de calma mientras realizamos lectura silenciosa en nuestra biblioteca y escuchamos una bonita historia de temática espacial acerca de «Yorki», el perrito de las primas de Vega, que nos cuenta su mamá (Estela). También nos lee el cuento «Papá , por favor, consígueme la luna», que habíamos seleccionado para la merienda.
Culminamos nuestra semana con:
- La ambientación del aula como si del firmamento se tratase.
- La lectura de las aventuras que Hipo ha vivido con Tomás (esta semana le ha tocado a Ainhoa).
- La observación de nuestro experimento de las lentejas y…
- La asistencia a la representación teatral que ha estado preparando el grupo verde, titulada «El árbol triste».
¡SALUDOS ESPACIALES Y ESPECIALES!
La próxima semana, ¿cuál será nuestro destino?….
Un fuerte abrazo,
Esther Justicia.
¡Que semana más fantástica y galáctica habéis tenido!
Me ha encantado el experimento de Silvia, lo intentaremos…
Buenísima semana.
Por si te es difícil conseguir la nieve carbónica, existe un plan B con bicarbonato y vinagre. Suerte en el intento!
Esther.