Nuestras alumnas de prácticas han llevado a cabo la clausura de la Semana de la lectura, con una representación teatral basada en este cuento de la editorial Kalandraka.
Hacía mucho tiempo que los animales deseaban averiguar a qué sabía la luna. ¿Sería dulce o salada? Tan solo querían probar un pedacito. Por las noches, miraban ansiosos hacia el cielo. Se estiraban e intentaban cogerla…
¿Quién no soñó alguna vez con darle un mordisco a la luna? Este fue precisamente el deseo de los animales de este cuento. Tan sólo querían probar un pedacito pero, por más que se estiraban, no eran capaces de tocarla. Entonces, la tortuga tuvo una genial idea: “Quizás entre todos podamos alcanzarla”.
Esta es una historia de deseos que parecen -a primera vista- inalcanzables, como la luna, pero que consiguen hacerse realidad gracias a la cooperación. Una ayuda mutua de la que son partícipes los más variados animales: La tortuga, sobre la que se sostendría el mundo, según la mitología; el elefante, la jirafa, la cebra, el león… hasta que finalmente uno de ellos, el más pequeño de todos…
Y así, a medio camino entre la fábula y la leyenda, este relato le regala al lector una poética moraleja que habla de generosidad, solidaridad y sueños compartidos; con una pizca de humor, la que aporta una luna sonriente, burlona y un poco saltarina.
“¿A que sabe la luna?”, escrito e ilustrado por el polaco Michael Grejniec, es un libro especialmente recomendado para primeros lectores. Basa su estructura en las repeticiones y la acumulación de personajes, un recurso muy frecuente en la literatura tradicional. Esta obra invita a ser contada, consiguiendo una gran participación entre el lector y el receptor.
Esther Justicia Justicia