Y como no podía ser de otra forma, el broche final de la Semana de la Lectura, para el grupo verde, lo ponen los abuelos y abuelas.
Que sería de nosotros sin todas esas historias tan entrañables, divertidas y sobre todo cargadas de cariño. Gracias a ellos se transmiten de generación en generación cuentos tradicionales con cierto encanto personal.
Para que el momento tuviese más encanto, nos trasladamos hasta nuestra biblioteca del cole y preparamos un rinconcito muy acogedor donde pretendíamos se sintiesen «como en casa».
Nos gustaría agradecer de una forma muy especial su colaboración en esta actividad a Lola, abuela de Carla, que nos ha deleitado con la lectura del cuento «Ricitos de oro» y a Manolo, abulo de Alejandra, que nos ofrece la lectura del cuento «Alí-babá y los cuarenta ladrones».
¡MUCHAS GRACIAS!
El proceso de enseñanza-aprendizaje no sería posible sin la estrecha colaboración entre escuela y familia. Los abuelos y abuelas no sólo forman parte de ella sino que la enriquecen con su sabiduría. Disfrutemos de ellos.
Como todos sabéis, esta semana ha tenido lugar nuestra tradicional «Semana de la lectura», que desde hace muchos años venimos realizando con motivo de la celebración del día del libro y que implica a toda la etapa de Educación Infantil. Con ella pretendemos acercar a la comunidad escolar, en general, y al alumnado, en particular, al magnífico mundo de la lectura.
Hoy en día existen múltiples opciones de presentación de textos, de ahí que hayamos querido escoger una muestra de las más representativas, pasando por la lectura tradicional, la narración, la escenificación, la visualización de imágenes proyectadas, la expresión corporal y las historias en otros idiomas. El objetivo era que de una forma atrayente, lúdica, variada y sobre todo significativa, todos compartiéramos historias, cuentos o relatos que nos hicieran trasladarnos a un mundo fantástico y que fomentaran el gusto por la lectura y porqué no, por la creación y producción de textos excritos.
Contar un cuento no es tarea fácil, sobre todo porque no hay una única forma de hacerlo. Influyen muchísimos factores que en ocasiones no somos ni siquiera conscientes, el ambiente, la posición del narrador, el estado de ánimo del que escucha, la temática, la entonación, el empleo de recursos visuales o no, etc. Contar un cuento es todo un arte y buena prueba de ello es la numerosa bilbiografía que existe en torno a la narración de textos, de ahí que quiera expresar mi agradecimiento a todas aquellas familias que han hecho posible que se llevara a cabo el programa y muy en especial a las del grupo verde. ¡GRACIAS!
Además hemos tenido el privilegio de poder contar con una experta en libros, Alejandra (alumna del grupo verde), que ha ofrecido su conferencia como apertura de la semana de la lectura, al alumnado del ciclo 3-6 años. Nos ha contado las partes que componen un libro, cómo surgieron los primeros libros, algunos tipos de libros que existen y sobre todo nos ha contagiado de su interés por ellos.
Dentro del apartado de Actividades de significación especial, del presente blog, encontraréis algunas entradas específicas de las actividades que hemos realizado.
NOTAS:
Para las «tareas» del fin de semana, deben escoger entre todos los cuentos que han tenido el placer de escuchar a lo largo de la semana.
El jueves, 3 de mayo, celebraremos la tradición cultural y popular del día de la Cruz, comiendo unas ricas salaillas que acompañaremos de las habas de nuestro huerto y música de sevillanas. ¡EL QUE QUIERA PUEDE VERNIR VESTIDO PARA LA OCASIÓN!
Nuestras alumnas de prácticas han llevado a cabo la clausura de la Semana de la lectura, con una representación teatral basada en este cuento de la editorial Kalandraka.
Hacía mucho tiempo que los animales deseaban averiguar a qué sabía la luna. ¿Sería dulce o salada? Tan solo querían probar un pedacito. Por las noches, miraban ansiosos hacia el cielo. Se estiraban e intentaban cogerla… ¿Quién no soñó alguna vez con darle un mordisco a la luna? Este fue precisamente el deseo de los animales de este cuento. Tan sólo querían probar un pedacito pero, por más que se estiraban, no eran capaces de tocarla. Entonces, la tortuga tuvo una genial idea: “Quizás entre todos podamos alcanzarla”. Esta es una historia de deseos que parecen -a primera vista- inalcanzables, como la luna, pero que consiguen hacerse realidad gracias a la cooperación. Una ayuda mutua de la que son partícipes los más variados animales: La tortuga, sobre la que se sostendría el mundo, según la mitología; el elefante, la jirafa, la cebra, el león… hasta que finalmente uno de ellos, el más pequeño de todos… Y así, a medio camino entre la fábula y la leyenda, este relato le regala al lector una poética moraleja que habla de generosidad, solidaridad y sueños compartidos; con una pizca de humor, la que aporta una luna sonriente, burlona y un poco saltarina. “¿A que sabe la luna?”, escrito e ilustrado por el polaco Michael Grejniec, es un libro especialmente recomendado para primeros lectores. Basa su estructura en las repeticiones y la acumulación de personajes, un recurso muy frecuente en la literatura tradicional. Esta obra invita a ser contada, consiguiendo una gran participación entre el lector y el receptor.