El primer ciclo de primaria, primero y segundo, salimos al entorno de nuestro colegio, la Vega de Granada.
Ha sido muy interesante poder interactuar en nuestro entorno.
Antes de cada salida investigamos sobre lo que vamos a visitar, partimos de las ideas previas que tenemos entre todos y ampliamos información con nueva investigación que compartimos con los demás en asamblea.
Comenzamos el día con ganas, energía y sobre todo curiosidad. A las 10:30, cuando el sol ya nos acompañaba, estábamos preparados para salir a explorar la Vega.
Las montañas que nos rodean nos hacen mirar a lo lejos para reconocerlas: Sierra Nevada, la Alfaguara, Sierra Elvira y el pequeño Monte Vives.
Los ríos que nos bordean nos hacen mirar a media distancia: el pequeño Beiro que se acaba en el Genil.
Los cultivos y acequias nos hacen mirar a corta distancia: la alfalfa, los maizales, esparraguera.
Los árboles nos muestran la llegada del otoño, el viejo Álamo del duende de los deseos, nos recibe con sus hojas verdes y amarillas.
En el primer tramo del camino, observamos un campo de olivos pequeños que están plantados por nuestro vecino , el Centro de Investigación Agraria IFAPA. Mientras caminábamos, a nuestra izquierda, nos encontramos una de las comidas favoritas de los conejos: la alfalfa, a continuación un maizal, las esparragueras…¡la Vega está llena de campos de cultivo!
Avanzando unos metros más nos cruzamos con los primeros animales, los caballos montados por alumnos de equitación en prácticas de otro vecino, el centro ecuestre Camaura.
Continuamos el camino y la fantasía aparece al llegar al famoso y enigmático “Árbol del Duende”. La casa del duende nos encanta; este duende mágico de los cumpleaños, con su árbol de deseos cuyas hojas salen con cada uno de los deseos de los niños y de niñas del colegio cuando cumplen años y el duende viene secretamente a visitarnos a Alquería para escucharlos, pero es tan pequeño y mágico que no lo podemos ver. Por mucho que miramos y miramos no se dejó ver, posiblemente estaba fuera, recogiendo unos espárragos para comer u ocupado con alguna de sus tareas de duende; lo que sí descubrimos fueron unas setas que tenía escondidas en la puerta del tronco del árbol.
Continuamos el recorrido por un campo recién cosechado de maíz, encontramos unas plantas muy características con unos pinchos sobre los contamos una historia muy interesante sobre la creación del velcro, a través de la observación de un científico muy curioso que en sus paseos por el campo siempre se le pegaban en las botas esos pinchos molestos, ahora ese material podemos verlo y comprobarlo en muchas de nuestras zapatillas.
En mitad del camino y en una zona abierta rodeados por el río Genil, con la desembocadura del río Beiro, hicimos una parada para tomar la fruta en un bonito lugar donde convergen los dos ríos. Estaba minado de hormigueros con distintas especies de hormigas afanadas en su trabajo de recolectar alimentos antes de la llegada de las lluvias. ¡ Esto nos dió para mucha investigación.!
Sentados, desayunando y disfrutando del paisaje, vimos patos que nadaban en el río y volaban e junto a nosotros.
El día acompañó; hacía un sol espléndido, cielo azul y una temperatura muy agradable; por lo que después de comer manzana y pan, exploramos, jugamos y nos divertimos mientras aprendíamos juntos. Un grupo decidió analizar hormigas, otro las formas de los árboles… hasta un «búho camuflado en un árbol » encontramos, con los ojos rojos como zapateros. ¿ Lo puedes ver?
Además, nos surgió una pequeña aventura antes de volver, una chaqueta cayó cerca del río y Ana para poder recogerla tuvo que pasar por un camino de pinchos de los que habíamos hablado antes. fue una misión un poquito difícil pero con la ayuda y los ánimos de todos se consiguió, por lo que la recordaremos como una anécdota divertida.
Continuamos la ruta para acercarnos ya al colegio caminando al lado del río, nos acercamos a los grandes cultivos de maíz para coger una mazorca y llevarla al cole; cuando, para nuestra sorpresa, no pudimos continuar por ese camino, la acequia llevaba tantísima agua que no se podía cruzar por lo que buscamos una ruta alternativa para volver.
Una vez en el colegio, nos reunimos en el jardín y compartimos nuestra experiencia. Y… pusimos rumbo al comedor, ¡se había despertado el apetito con la mañana campestre disfrutada!
Por la tarde plasmamos en dibujos y textos lo que más nos había gustado sobre lo vivido y aprendido.
Esta salida es una manera muy especial de estar en contacto con la naturaleza, de explorar el entorno que nos rodea , disfrutar y ser conscientes de lo que tenemos al alcance de nuestra mano, este paraje tan singular y bonito, donde está ubicado nuestro colegio, como es LA VEGA DE GRANADA.
Hemos compartido nuestra primera salida en ciclo con gran entusiasmo
Nos vemos la próxima semana, un abrazo.
Ana O. y Daría F.