Esta es la frase que no dejábamos de escuchar mientras compartimos la Aventura con los grupos de 1º y 2º:
«Las primeras 24 horas seguidas más emocionantes de nuestra vida.»
Jorge, Tatiana Daría y Rosi, respaldados por Loli Linares, nuestra cocinera, hemos podido disfrutar de las más maravillosas carcajadas que las niñas y los niños pueden ofrecer mientras juegan durante el día.
Y acompañados por Loli Gálvez y Jordi, nuestros directores, hemos podido canalizar la emoción que palpitaba en sus corazones durante la velada nocturna.
Recibimiento de aventureros
Llegamos y dejamos el equipaje
Asamblea de bienvenida
Tomamos fruta
Y os vamos a contar cómo nos fue:
«De día el cole fue solo nuestro con juegos, deportivos y de agua, por la mañana.
A medio día, repusimos fuerzas con las delicias del menú, al que no le pusimos reparo porque es uno de lo que más nos gusta.
Por la tarde hicimos una asamblea con juegos tranquilos, en el árbol reunión, y un taller de hierbas aromáticas, en el jardín, para templar los nervios.
Ya que nos estaban aguardando Pepe y Enmañana, para guiarnos por el Gran Juego de la Búsqueda del Tesoro
Nos organizamos por equipos para descubrir su escondite, bajo la directrices de Pepe y superando una prueba de alta dificultad , como fue el lanzamiento de huevo al aire y que al caer no se rompiera.
Como sospecharéis no quedó ni uno entero, a pesar de la súper protección que les hicimos con toda clase de amortiguadores.
Tuvimos que merendar un buen bizcocho casero y unos zumos fresquitos para tener la energía suficiente para completar todos los itinerarios y las arriesgadas pruebas que nos imponían las instrucciones.
Toda la tarde fue un no parar, descubriendo mensajes, leyéndolos, descifrándolos, buscando pistas, procurando que no se nos adelantaran otros grupos, para terminar componiendo entre todos el mensaje que nos daba la ubicación del tesoro, el pozo.
Ahora bien, había que esperar a que cantaran los grillos para poder ir a buscarlo. Necesitábamos tranquilizarnos y 1º optó por el cuento de Juan sin miedo, pues la risa siempre nos ayuda.
Así que llegó la cena, no daban a basto nuestras maestras a sacar pizas del horno, porque nuestro apetito era devorador.
Y a todo esto, los grillos que no se dejaban oír…
Cuando de pronto, ya al atardecer, nos sorprendió una discoteca con luces de colores y las canciones que más nos gustan. En esos momentos algunas personas buscaron el cobijo y la mano de nuestros mayores, porque nunca habíamos visto el jardín así. La entrada iluminada, pero su alrededor con luces y sombras y el jardín oscuro.
Pero la música lo cura todo hasta el miedo y acabamos bailando todos los grupos con verdadera pasión.
De esta guisa nos encontraron Loli y Jordi.
Nos invitaron a serenarnos y agudizar los oídos, ya que era posible que los grillos estuvieran cantando y no los escucháramos.
¡Efectivamente , con el silencio los oímos!
Muy despacio nos dirigimos al pozo. Todo lo despacio que pueden ir más de 40 niños a descubrir una gran tesoro.
En la oscuridad, sobre el pozo, un cofre. En él había linternas para todos y un enigmático mensaje.
» Buscar por el jardín las pistas del la ubicación del tesoro.»
Imaginarnos corriendo por el jardín, de noche, con las linternas y buscando las últimas instrucciones. ¿ puede haber mayor emoción?
Debíamos dirigirnos a las montañas más altas de Alquería. En las cumbres un regalo muy dulce para cada uno.
Y por último, una sesión de cine al aire libre, sobre nuestras esterillas y endulzándonos el paladar con ellas y la mente con Charles Chaplin.
Desde la Torre de la Vela se percibía la nube de satisfacción, tranquilidad y sonrisas , que sobre volaba las almenas de Alquería. Durante esta jornada se había concentrado mucha felicidad entre sus muros. Conforme nos íbamos durmiendo se iban elevando al cielo.
En algunos de nosotros todavía retumbábamos en nuestros sacos de dormir, a eso de las 2 de la mañana, pero nos fuimos relajando, muy satisfechos.
Durante la noche el Ratón Pérez visitó a Hernán, pues a la 1,30 de la madrugada se le cayó un diente.
El gallo de colegio nos fue despertando poquito a poco para recoger los equipajes y poder saborear el desayuno.
El encuentro con nuestras familias fue muy emotivo, nos dejaron pequeños y nos encontraron más mayores que el día anterior. Nuestra capacidad nos había hecho superar todas las pruebas en el día más feliz de nuestras vidas.
Esta foto nos la hicimos sin respirar para que se nos viera la sonrisa y en seguida nos pusimos la mascarilla.
¿Lo veis?
Jordi, Loli Gálvez, Loli Linares, Jorge, Tatiana, Daría y Rosi