Los grupos de primero y segundo de primaria hemos estado dos días en plena Naturaleza, aprendiendo a disfrutarla y a respetarla.
Llegamos a un lugar espectacular, donde el río Dílar nos dio la bienvenida con su alegre rumor de corriente helada, acompañado de los monitores, que cargaron los equipajes en su furgoneta, para que nosotros dando un paseo subiéramos por el camino hasta las instalaciones.
Allí nos dieron una recepción muy cariñosa, aliñada de normas de comportamiento y respeto hacia el entorno. Y nos invitaron a fruta y galletas. Acomodamos los equipajes en las habitaciones.
Visitamos hasta el último rincón de la enorme casa de la mano del duende Pimentín. Este personaje es muy sabio y nos conquistó con sus aromas y pociones. Nos enseñó como reutilizar materiales que habitualmente van a la basura. Nos llevó hasta las estrellas de un pequeño planetario y nos hizo recordar las principales constelaciones Y por último nos contó un cuento que algunos de nosotros fuimos representando a la par que él narraba la historia.
El almuerzo estuvo estupendo, según el menú que nos habían anunciado.
Después de comer abrieron una puerta mágica y descubrimos un gran campo enorme solo para nosotros. Ahí empezó un estado de entusiasmo desmesurado que nos duró hasta que caímos rendidos en la cama. No sabemos a que fue debido, si al verde intenso de la hierba, la gran cantidad de palos apilados, el intenso olor a primavera…
Por la tarde hicimos una actividad a lo largo del río llamada
«Tras los colores del río», descubrimos los colores en la vegetación, como podréis ver en nuestros cuadernos. Todos los colores del arco iris están en ella. Escuchamos un cuento sentados debajo de una encina.
«¡Qué bien huelen estas plantas!» Después de merendar salimos por el entorno cercano del aula para identificar la forma, el color, pero sobre todo el olor las plantas aromáticas de la zona, aprendiendo sus usos . Confeccionamos un pequeño herbario para no olvidarlas.
En el taller de después confeccionamos unas bolsitas aromáticas.
Terminada la cena, ya con la luna bien alta, hicimos una velada en el
“El bosque encantado”, donde revisamos la basura que no debe dejarse en él para protegerlo. Fue muy emocionante bailar en medio del bosque a la luz de las linternas acompañados por un duende que apareció por allí.
El final de la velada fue un baile todos juntos.
Nos hemos comportado con gran autonomía, cuidando nuestras cosas y ayudándonos entre nosotros, a la hora de ir a las habitaciones.
Por la mañana, después de descansar, devoramos el desayuno. No dejaban de salir tostadas de la cocina y jarras de leche y zumo.
Ordenamos nuestros equipajes, por lo que recibimos la felicitación de Don Limpio.
Y salimos de excursión monte arriba por « La senda de los sentidos». Esa ruta es mágica. La flora es espectacular . Aprendemos a dibujar todo lo que captan nuestros sentidos. Descubrimos como hacer los colores con elementos naturales. Vamos recogiendo la información en el cuaderno de bitácora que nos dan. Sentimos la naturaleza hasta el punto de darle un abrazo de agradecimiento y afecto.
«Detectives de la naturaleza» Al terminar el almuerzo jugamos un rato pero casi enseguida vamos detrás del rastro de animales que viven en este lugar. Aprendemos a descubrir las pruebas de vida que dejan. Recogemos algunas de ellas.
Y con un enorme bizcocho en la mano nos despedimos tan contentos, hasta otra ocasión.
Agradecemos al equipo de monitores de Aula sus atenciones y sus conocimientos.
Un saludo
Rosi y Daría
Voy a hacer una reflexión muy personal. Como solo lo leemos unos pocos…
Por circunstancias , compartí con el grupo un ratito y me quedé fascinada, todos esos chavales con ganas infinitas de aprender, de compartir, de jugar, de querer…
Esa noche lloré porque Nora se había perdido esa experiencia, pero Javi,mi sabio compañero me dijo:y si le pasara algo malo de verdad?
Mi tontería a hacer puñetas de un sopapo!
La vida le va a dar a Nora muchas otras experiencias fascinantes en su vida.
Gracias infinitas a Daría, Elena y Rosi por cuidar de lo que más quiero en mi vida.
Las oportunidades a los ocho años son infinitas. Cuando tenemos malestar y fiebre, debemos dar la oportunidad a nuestro cuerpo de parar y descansar. A esta edad puede que sea pasajera la indisposición, pero la prevención es importante. En esta ocasión colaboramos a que Nora entendiera que ella era lo más importante , incluso que los planes que habíamos hecho. Además para disfrutar hay que estar bien.
Gracias por valorar tanto nuestro trabajo, pero el vuestro como padres es el más importante. Todos juntos colaboramos ese día a la mejor educación de Nora.
Rosi