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ESCULTURAS

El grupo de sexto ha trabajado en un proyecto de volumen que  lo han desarrollado durante varias sesiones.

Planteamos la idea de hacer una escultura que estaría recubierta con papel reciclado. En el grupo de quinto habíamos estado haciendo papel  y teníamos pulpa suficiente.

Comenzamos haciendo la estructuras base utilizando principalmente tubos de cartón, botellas y algunos tetrabrick, bolas, periódico o cartón. Cada alumno elige qué quiere representar.

Antes de su aplicación, la pulpa de papel reciclado necesitaba escurrirse  para soltar el exceso de agua.

Mezclamos la pulpa de papel con cola y procedemos a recubrir las estructuras con la masa resultante.

El proceso de secado es un poco lento y aprovechamos para adelantar los trabajos para el encuentro literario de la fiesta de otoño. Completado el secado pasamos a pintar las esculturas e incluso añadir algunos detalles.

Para la exposición les pedimos a los alumnos que hiciesen una ficha con un dibujo, el nombre y una descripción de su escultura.

Ha sido un trabajo muy gratificante, se han mostrado  muy motivados implicándose en todo el proceso. Ha habido momentos de tarea individual y muchos otros de colaboración entre ellos. ¡Buen trabajo!

Ana Martín

CERÁMICA

Los trabajos de cerámica del segundo ciclo ya están terminados. El entusiasmo por trabajar la arcilla les desbordaba, cada vez que se cruzaban conmigo la pregunta era: » ¿Cuando nos toca?».

Ha sido grato constatar que controlan bastante bien la técnica, han tenido en cuenta el grosor de las paredes, el vaciado y la unión de las diferentes partes. Las roturas que ha habido han sido pocas.

 

La técnica del modelado cumple una valiosa función en el desarrollo de la motricidad fina, las percepciones táctiles y las emociones estéticas al percibir su suavidad, la aspereza cuando se seca, la ductilidad y la maleabilidad cuando la estiran, comprimen o laminan.

El modelado estimula el desarrollo de habilidades y destrezas cognitivas, sensoperceptuales y psicomotrices relacionadas con la motricidad fina.  Con el modelado se estimula la capacidad de percibir e interanalizar las relaciones de masa, volumen, cuerpo y forma, lo que ayudará posteriormente a la adquisición de otros conceptos y experiencias espaciales y cognitivas.

Cuando aplastan, estiran, pellizcan, estrujan o golpean la arcilla, disfrutan mientras dan respuesta a sus necesidades expresivas. Es un material extraordinario que ayuda a que reduzcan sus niveles de ansiedad,  estimulando su capacidad de aprendizaje.

Ana Martín

ESCULTURAS SINGULARES

Con este trabajo nos proponemos varios objetivos. Queremos trabajar el volumen y potenciar la inventiva a partir de materiales naturales reciclados.

La naturaleza nos ofrece infinidad de materiales de desecho, materiales no estructurados que ofrecen múltiples alternativas lúdicas y expresivas. Cuando paseamos por el campo, prestamos atención a lo que tenemos alrededor y podemos encontrar materiales diversos como cortezas de árbol, palos, semillas, vainas, rocas, hojas. El cambio de estación, el viento, la lluvia, los animales, desplazan estos elementos de su ubicación inicial,  modifican sus colores, sus texturas y nos regalan un amplio abanico de posibilidades visuales.

Este mismo efecto se produce a orillas del mar, sus movimientos movilizan gran cantidad de materiales con texturas y colores variados. Cuando ponemos todo el material encima de la mesa, el color y las texturas conviven con las formas. Los diferentes elementos aportan a los niños infinidad de imágenes mentales. Cada uno de los elementos les sugiere una idea.

Pasan un rato manipulando los materiales, tanteando opciones diferentes, compartiendo alternativas cuando dos quieren lo mismo.

Sus creaciones van tomando forman y surge así  el «avita bicho, el ciervo, el erizo negri, el árbol de la playa, el tritón de mar, la casa de los bichos, minimaus, el monstruo de conchas, el huevo de colores, toboganes de agua, la varita mágica, un osito, el flamenco Ulises, un cierbil, el dragón Oraz, mil amorfo y el sint sisne».

Consideraron distintas posibilidades, disfrutaron y crearon unas simpáticas esculturas con materiales recogidos de la propia naturaleza;  la mayoría de estos materiales, cuando su función finalice, los podéis reciclar en el huerto, el jardín o incluso como adorno de algunas macetas.

Ana Martín

ARCILLA- DONDE HABITAN LOS MONSTRUOS

Los alumnos de segundo habían estado trabajando en su cuaderno de escritura sobre la historia de un monstruo. Pensamos que sería interesante que cada uno pudiera construir su monstruo con arcilla. Usamos en esta ocasión arcilla negra.

A medida que modelaban, sus manos se iban impregnando del negro limo, algunos se embadurnaban  concienzuda y afanosamente. La arcilla negra es muy dúctil y maleable, su tacto es muy agradable. Los personajes iban surgiendo, algunos parecidos a los que dibujaron en su libreta, otros nuevos.

Modelaron también  pequeños recipientes y objetos. Me sorprendió gratamente que recordaban algunas cuestiones técnicas como el pegado, el grosor o el vaciado de las piezas.

Decidimos que nuestros monstruos tenían que brillar. Tras la primera cochura procedimos a darles un baño de esmalte que completamos con la incorporación de algunos cristales, para proporcionarles efectos especiales.

Cuando los monstruos salieron del horno, pensamos ponerles un nombre y contar algo sobre ellos, y lo que más les gustó, hacerles un habitáculo donde vivir.

Tenemos el monstruo que vive bajo la cama, en un árbol, en una cueva, en un ladrillo, en el jardín, en el frigorífico, en una casa, en un volcán, en mi armario, en el supermercado…

Cartones, tetrabrick, cajas, fueron tomando forma para dar paso a estas simpáticas casas de monstruos.

Ana Martín

CERÁMICA-VOLUMEN

Desde los primeros días de curso, los alumnos de primero me han estado preguntando: «¿Hoy toca arcilla?. Me preguntaban todos los días a pesar de que con ellos, tengo clase los miércoles. La manipulación de la arcilla es una actividad que les encanta.

Al comenzar la sesión, hablamos de sus cualidades. Es un material dúctil y maleable que reacciona ante nuestras manipulaciones, la podemos estirar, comprimir y también se va secando, le salen grietas, al añadirle agua, recupera sus cualidades.

Comentamos sobre el origen de la arcilla en su estado natural. El hombre, desde la prehistoria, ha sabido aprovechar esta tierra sedimentaria para crear objetos utilitarios o decorativos.

Usamos, en esta ocasión arcilla terracota que tiene un aspecto verde y una vez cocida, un tono más claro que la roja. Terracota designa a la tierra cocida cuyo origen procede del italiano terra cotta. Un alumno reaccionó rápidamente al oír el término -» así se dice en Italia-» . Otro comentó-» como los soldados de terracota-«.  Cuando  la arcilla estuvo  en sus manos, la magia de la creación se puso en marcha…

El esmaltado también les llama mucho la atención. En esta ocasión usamos engobes. Su aplicación requiere de una serie de requisitos para obtener una capa correcta y lo más homogénea posible.

Uno de los errores más comunes en los niños del primer ciclo es trabajar la arcilla como si fuera plastilina. Comentamos las diferencias entre ambos materiales.

En la sesión anterior estuvieron elaborando un abecedario de plastilina.

Estos bonitos medallones  con las letras, están relacionados con un libro que están leyendo: «El bosque del sonido». Más adelante los usarán.

Con el trabajo en plastilina están muy familiarizados. Mientras modelan, unen o  modifican sus creaciones, la plastilina no cambia su estado.

Cuando hacemos la misma tarea con la arcilla notamos diversas variaciones que debemos tener en cuenta para obtener un buen resultado. Por otro lado, tienen que considerar otros factores  como la unión adecuada de las diferentes partes, el grosor de las piezas, el vaciado de algunos objetos o las burbujas de aire apresadas que harán que el trabajo estalle en el horno.

Este material tan atractivo nos exige mucha atención, además de mucha paciencia en el proceso de su elaboración y la  espera del resultado de las dos cochuras, la de la arcilla y la del esmalte.

Ana Martín