La experiencia del autorretrato en primaria, se desarrolla a lo largo de seis años. Mis alumnos me preguntan porqué lo realizamos todos los años; la mayoría de ellos lo viven como una situación estresante, sobre todo a partir del segundo ciclo. Defiendo este trabajo ante mis alumnos, la experiencia de todos estos años me lleva a motivarles en la superación de los inconvenientes y cada año me reafirmo en lo positivo de esta tarea. Realizar el autorretrato les ayuda en varios aspectos:
- Les sirve como modelo para el ensayo del dibujo del rostro humano.
- Comprueban que la evolución del dibujo, depende del trabajo y de la superación personal en cada etapa de su crecimiento.
- Ofrece una oportunidad de auto-conocimiento, de aceptación de la propia imagen.
- Les brinda la oportunidad para aceptar al niño que han sido, al de seis, siete, ocho… con sus miedos, limitaciones y capacidades. Aprenden a extrapolar la experiencia a situaciones presentes.
Cada año guardo los trabajos del autorretrato, cuando llegan a sexto se los entrego.
En el momento de repartir los trabajos, se produce una explosión de sentimientos, risas, asombro, incomodidad por el trabajo realizado años atrás, críticas personales al niño que fueron. Analizan los trabajos, los muestran a sus compañeros, o tratan de ocultarlos. Hablamos sobre la aceptación de cada etapa, sobre la validez de la superación personal mediante el trabajo. Poco a poco va llegando la calma, todos los sentimientos encuentran un equilibrio y disfrutan organizando sus autorretratos en la cartulina. Vivir estos momentos junto a ellos, se convierte en una experiencia extraordinaria.
Ana Martín