En el grupo de primero nos planteamos crear esculturas con cartón reciclado. Lo peculiar de este trabajo será que uniremos las piezas a modo de ensamblajes realizando pequeños cortes para encajar las piezas.
Repartimos el cartón y pedimos a los alumnos que piensen en lo que quieren hacer y lo decoren con color liso o haciendo texturas. La primera reacción de los alumnos fue realizar un dibujo en el cartón de lo que habían imaginado. Hay que transitar el paso de lo bidimensional a lo tridimensional a través de una serie de experiencias. El cartón no es un elemento moldeable como la arcilla. La espontaneidad no da resultados inmediatos.Tener en cuenta los elementos de los que se compone el «dibujo imaginado», no es tarea sencilla.
El ensamblaje artístico, es una técnica compositiva, en la que se consigue la tridimensionalidad situando diversos materiales superpuestos. En esta ocasión usamos sólo cartón. A priori, queríamos no usar pegamento o cola para las uniones, pero algunos cartones se doblaban y al final tuvimos que reforzar los ensambles con silicona.
El término de ensamblaje artístico lo usó el artista francés Jean Philippe Arthur Dubuffet en 1953 para una serie de pequeñas obras realizadas con alas de mariposa. Dubuffet superó los límites de los soportes tradicionales, empleó materiales variados como tierra, hojas, arena, cáscaras de fruta. Fue impulsor del denominado arte bruto, realizado por personas que no estaban influenciadas por la cultura artística. «El arte auténtico está siempre allí donde no se le espera. Allí donde nadie piensa en él ni pronuncia su nombre «, escribió el autor. «Al arte le horroriza ser reconocido y que le saluden. En cuanto eso ocurre, sale corriendo».
La huella de sus obras alcanzó a destacados artistas españoles de la segunda mitad del siglo XX, como Saura, Tàpies, Gordillo, Arroyo, Millares o Barceló.
Ana Martín