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APERTURA ARTÍSTICA

Hola a todos! El nuevo curso ya está en marcha con energías e ilusiones renovadas.

Hablábamos con los alumnos de primero, que se estrenan este año en la etapa de primaria: ¿Sabéis que cosas podemos hacer en artística? Dibujar, pintar, recortar…..decían algunos. ¿Os gusta la artística? El sí fue unánime, quizás no muy consciente aún de lo que vamos a trabajar. Cuando le llegó el turno a uno de los alumnos que tenía la mano levantada, contestó: Yo no lo se porque no la he probado.

Simpática respuesta, parecía como si de una comida se tratase. A lo largo del curso y de toda la etapa iremos alimentándonos de muchas y variadas actividades y proyectos artísticos que nutrirán nuestra creatividad.

La práctica e implicación de los alumnos en este tipo de actividades, les va a ir ofreciendo la posibilidad de expresarse mediante el lenguaje plástico y visual, de comunicarse con su entorno, de conocerlo desde otras perspectivas y, algo que también  es esencial y base del desarrollo humano, de descubrirse a sí mismos.

La actividad artística se nos presenta, no solo como la posibilidad de conocer unas técnicas, unos materiales o diversas herramientas. En el proceso de la tarea artística vamos a ir desarrollando procesos cognitivos desde los más básicos como la observación o la percepción, a procesos de alto nivel como la organización mental necesarios para realizar una tarea. En este proceso de gestión lo primero que tenemos que poner en marcha son diversas funciones ejecutivas como la capacidad de atención, el control inhibitorio necesario para la concentración y la flexibilidad que da paso al rescate de ideas propias y a la adaptación ante las diferentes posibilidades que pueden surgir en el proceso.

La gestión de pensamientos, emociones y comportamientos, también forma parte del desarrollo del pensamiento artístico. Aprenden a conocerse a sí mismos y aceptar sus propias producciones, se preparan para trabajar en equipo y valorar la opinión y el trabajo de los compañeros.

La actividad artística se nos presenta así como una gran oportunidad de autoconocimiento y del entorno natural, social y cultural. Este último merece una reflexión que abordaré en otra entrada.

El mes de septiembre lo comenzamos cada curso renovando el cuaderno de artística. A los padres nuevos os remito a varias entradas que hay publicadas en el blog acerca de este cuaderno y la gran función que representa para nuestros alumnos como un espacio de libre creación. Y qué mejor ocasión para ir descubriéndonos a través de las imágenes que producimos.

Otra de las actividades que abordamos durante este mes, es el dibujo del autorretrato enfocado desde dos objetivos: el dibujo del rostro humano y el reconocimiento y aceptación de nuestras peculiaridades físicas.

Ana Martín

 

AUTORRETRATO

Como todos los años, al comienzo de curso realizamos el autorretrato. Uno de los objetivos de esta actividad es el dibujo del rostro humano. Les pedimos a los alumnos que la imagen que dibujen se parezca a ellos, deben hacer un esfuerzo para dibujar un rostro diferente a los personajes que suelen dibujar. Los más pequeños pasan un rato mirándose al espejo reconociendo sus características físicas.

 

Sus planteamientos gráficos van evolucionando a lo largo de los cursos de primaria. Ensayan diversas formas de hacer las diferentes partes del rostro. Lo más difícil es hacer la nariz, por eso muchos de ellos la omiten.

Tengo una carpeta donde cada curso voy guardando sus trabajos. Cuando llegan a sexto les devuelvo sus autorretratos. El fruto del trabajo y de su evolución queda plasmado en una composición que les demuestra que ha valido la pena el trabajo de cada año.

Con todo lo que os he referido abordamos la parte de la técnica, aquella que nos lleva a poder dibujar un rostro humano. Pero esta experiencia tiene otro trasfondo, quizás tan interesante e incluso más inquietante que es el autoconocimiento.

Reconocer  y aceptar nuestras características físicas es una tarea que a lo largo de los años va tomando diversas connotaciones. En el primer curso la actividad fluye sin problema. En segundo les pedimos que completen el trabajo con una descripción de cómo son ellos, sus gustos, sus preferencias, sus miedos…

Integrar nuestro exterior y nuestro interior no es tarea fácil en este camino del autoconocimiento. Cuando al grupo de sexto les reparto los trabajos que hicieron y les voy leyendo lo que escribieron, es sorprendente cómo transcurridos cuatro años desde entonces, la mayoría se reconocen.

Quizás como consecuencia de ser más conscientes de sí mismos, cada año les surgen más inseguridades. Tercero es un curso intermedio en el que alternamos estados de aceptación y de negación de lo que somos. Si no acepto mi color de piel no lo pinto y si estoy inseguro mi trazo será muy tenue.

A partir de cuarto, comienzan una etapa en la que quieren que sus dibujos se parezcan a la realidad. Aportarles una foto de su rostro atenúa las inseguridades.

En quinto antes de comenzar dibujaron sus miedos, como un acto de soltarlos en el papel.

Potenciamos la actividad con la realización de la simetría de una parte del rostro.

 

En sexto curso se produce una explosión de emociones. En primer lugar cuando les tomo las fotos, necesitan comprobar que han salido bien en ellas. Y luego cuando se las reparto muchos las ponen boca abajo y  comienzan a ponerse defectos.

» La foto de un instante, no nos representa» , les digo para calmarles. «No vamos por la vida con cara de fotografía. Somos también la forma como nos expresamos, como sonreímos, como gesticulamos…» Estas reflexiones les calma  y se ponen a trabajar afrontando el miedo de no hacerlo con las expectativas que ya tienen a esta edad.

Cuando acaban les reparto unos acetatos para que dibujen el otro de sus compañeros. Esto les relaja y les divierte.

Es como si dejáramos el espejo en el que hasta ahora nos habíamos mirado y mirásemos al otro.  «Dejar los espejos, mirad los cristales» Es muy significativa  esta frase que escuché en una canción. El camino del autoconocimiento es una tarea imprescindible, pero  ese camino no estaría completo sin tener en cuenta al otro y más en estas edades en las que lo que reflejan los demás de mí, y lo que reflejo yo en los demás, es determinante en el desarrollo de la autoestima.

En tercero quisimos dar un paso en esta dirección.  Cada alumno eligió a otro de la clase que no  conocía bien y por lo tanto le gustaría conocer. En el espejo convertido en cristal aparecería el rostro de ese compañero o compañera. Hicieron una composición reflejando esta situación.

Ana Martín

AVATAR

El avatar es el último de los trabajos realizado por los alumnos de sexto encaminados al dibujo del rostro humano.

Tras la realización el autorretrato, aprovechamos las fotografías para realizar este trabajo. La idea de avatar, como cambio o transformación, enlaza también con la imagen gráfica que utilizamos para  representar nuestra imagen  en las redes sociales.

Utilizamos los colores imitando la estética del pop art. Colores puros, repletos de contrastes y dinamismo que les ayudan en esa fase de transformación.

Otro trabajo es el montaje de sus autorretratos en una cartulina.

Pudieron comprobar una gran transformación cuando les repartí sus autorretratos dibujados a lo largo de su etapa de primaria. Es un momento de gran euforia, las emociones afloran,  la aceptación y el rechazo también se hacen presentes. Esta transformación hace referencia a su propia evolución y a la superación relacionada con la constancia en el trabajo. En aquello que trabajas una y otra vez, vas a mejorar.

Quisimos además hacer una sesión diferente. Se trata de copiar  en un acetato transparente el rostro del compañero o compañera.

De nuevo las emociones afloran. Hay quien se esfuerza  como dibujante y como modelo. Los intentos fueron copiosos hasta quedar satisfechos con el resultado.

Les pedí que escribieran sobre el acetato las emociones que sentían. Qué complejo es aceptar la propia imagen y más en un mundo, que a través de las redes y los medios de comunicación, nos muestra rostros perfectos, rostros que tras diversos retoques estéticos nos revelan otra realidad.  ¿En qué medida les afecta esa realidad paralela a las jóvenes generaciones?

Ana Martín