En el grupo de primero hemos dedicado varias sesiones a trabajar con materiales naturales reciclados.
Desde que iniciamos el curso, comenzaron a traerme plumas que se encontraban en el jardín. Este año las aves, con el calor veraniego que está haciendo este otoño, se han tenido que despojar de muchas de sus plumas. Es el otoño que más plumas he visto esparcidas, especialmente en el suelo debajo de los árboles.
Llegó la hora de utilizarlas. La pluma debería ser la protagonista de la composición. En estas edades sustituir el trazo por un objeto, supone ejercitar un alto nivel de abstracción.
Continuamos reciclando. La salida a la Vega fue también productiva en cuando a la diversidad de materiales que aportaron los alumnos. Éstos, junto a otros que ya teníamos: mazorcas, palos, troncos, cortezas, semillas, vainas… hicieron posible volar la imaginación de estos grandes inventores.
Antes de comenzar, hubo un momento de observación de los materiales. Ese control de sus impulsos antes de manipular, les predispone a ir imaginando diversas posibilidades. Son los materiales los que deben de darles ideas. Después, la concreción se hace posible tras varios ensayos, valorando las posibilidades de cada material.
¡Buen trabajo chicos!
Ana Martín