Antes de abordar la tarea del autorretrato, el grupo de cuarto también visita el espejo para mirarse. Además de acicalarse, se centran en tomar medidas de las distintas partes de su rostro y comprobar sus peculiaridades.
Las características físicas en los dibujos del grupo de cuarto, comienzan a emerger: los ojos claros, la tez morena, el pelo liso…, incluso la timidez o la aflicción se intuyen en algunos rostros.
«Éste que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada; las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro, los bigotes grandes, la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis, y ésos mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los otros; el cuerpo entre dos extremos, ni grande, ni pequeño, la color viva, antes blanca que morena; algo cargado de espaldas, y no muy ligero de pies; éste digo que es el rostro del autor de La Galatea y de Don Quijote de la Mancha, y del que hizo el Viaje del Parnaso, a imitación del de César Caporal Perusino, y otras obras que andan por ahí descarriadas y, quizá, sin el nombre de su dueño. Llámase comúnmente Miguel de Cervantes Saavedra…»
Novelas Ejemplares, Miguel de Cervantes.
El retrato literario, descubre al personaje mediante palabras, lo hace visible, cercano. Los alumnos de cuarto se han hecho visibles mediante sus dibujos.
Ana Martín