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QUÉ TENGO EN LA CABEZA

Soy lo que pienso, soy lo que siento, soy lo que tengo, soy lo que sueño, soy lo que hago.. Qué tengo en la cabeza, es una actividad que planteamos a los alumnos de sexto curso como una reflexión sobre aquellas cosas que rondan sus mentes en estas edades.

Cada alumno selecciona aspectos que forman parte de su vida: personas, lugares, aficiones, miedos, deseos, gustos, pensamientos, su tiempo libre, lo que les gusta, lo que valoran, viven, o experimentan día a día.

Pueden expresarse a través de palabras, símbolos o dibujos, formando una composición que represente su cabeza. El planteamiento sobre el diseño de sus mentes nos ha sorprendido por la variedad de opciones para representarlas.

Os muestro algunos detalles en los que se aprecian gran variedad de temas: familia, amigos, escuela, deportes, música, videojuegos, comida …

Me encanta esta actividad, para mí también es una buena oportunidad para conocerles.

Otro detalle  que me ha parecido interesante  ha sido  el planteamiento de Pablo que incluye el borrador de malos recuerdos y la puerta de la memoria. Dos buenas herramientas para cualquier mente.

Cuando se trata de la tarea del autoconocimiento me gusta compartir esta cita de Miguel de Cervantes.

«HAS DE PONER LOS OJOS EN QUIEN ERES, PROCURANDO CONOCERTE A TÍ MISMO QUE ES EL MÁS DIFÍCIL CONOCIMIENTO QUE PUEDA IMAGINARSE»

Don Quijote de la Mancha

Ana Martín

AUTORRETRATO

Como todos los años, al comienzo de curso realizamos el autorretrato. Uno de los objetivos de esta actividad es el dibujo del rostro humano. Les pedimos a los alumnos que la imagen que dibujen se parezca a ellos, deben hacer un esfuerzo para dibujar un rostro diferente a los personajes que suelen dibujar. Los más pequeños pasan un rato mirándose al espejo reconociendo sus características físicas.

 

Sus planteamientos gráficos van evolucionando a lo largo de los cursos de primaria. Ensayan diversas formas de hacer las diferentes partes del rostro. Lo más difícil es hacer la nariz, por eso muchos de ellos la omiten.

Tengo una carpeta donde cada curso voy guardando sus trabajos. Cuando llegan a sexto les devuelvo sus autorretratos. El fruto del trabajo y de su evolución queda plasmado en una composición que les demuestra que ha valido la pena el trabajo de cada año.

Con todo lo que os he referido abordamos la parte de la técnica, aquella que nos lleva a poder dibujar un rostro humano. Pero esta experiencia tiene otro trasfondo, quizás tan interesante e incluso más inquietante que es el autoconocimiento.

Reconocer  y aceptar nuestras características físicas es una tarea que a lo largo de los años va tomando diversas connotaciones. En el primer curso la actividad fluye sin problema. En segundo les pedimos que completen el trabajo con una descripción de cómo son ellos, sus gustos, sus preferencias, sus miedos…

Integrar nuestro exterior y nuestro interior no es tarea fácil en este camino del autoconocimiento. Cuando al grupo de sexto les reparto los trabajos que hicieron y les voy leyendo lo que escribieron, es sorprendente cómo transcurridos cuatro años desde entonces, la mayoría se reconocen.

Quizás como consecuencia de ser más conscientes de sí mismos, cada año les surgen más inseguridades. Tercero es un curso intermedio en el que alternamos estados de aceptación y de negación de lo que somos. Si no acepto mi color de piel no lo pinto y si estoy inseguro mi trazo será muy tenue.

A partir de cuarto, comienzan una etapa en la que quieren que sus dibujos se parezcan a la realidad. Aportarles una foto de su rostro atenúa las inseguridades.

En quinto antes de comenzar dibujaron sus miedos, como un acto de soltarlos en el papel.

Potenciamos la actividad con la realización de la simetría de una parte del rostro.

 

En sexto curso se produce una explosión de emociones. En primer lugar cuando les tomo las fotos, necesitan comprobar que han salido bien en ellas. Y luego cuando se las reparto muchos las ponen boca abajo y  comienzan a ponerse defectos.

» La foto de un instante, no nos representa» , les digo para calmarles. «No vamos por la vida con cara de fotografía. Somos también la forma como nos expresamos, como sonreímos, como gesticulamos…» Estas reflexiones les calma  y se ponen a trabajar afrontando el miedo de no hacerlo con las expectativas que ya tienen a esta edad.

Cuando acaban les reparto unos acetatos para que dibujen el otro de sus compañeros. Esto les relaja y les divierte.

Es como si dejáramos el espejo en el que hasta ahora nos habíamos mirado y mirásemos al otro.  «Dejar los espejos, mirad los cristales» Es muy significativa  esta frase que escuché en una canción. El camino del autoconocimiento es una tarea imprescindible, pero  ese camino no estaría completo sin tener en cuenta al otro y más en estas edades en las que lo que reflejan los demás de mí, y lo que reflejo yo en los demás, es determinante en el desarrollo de la autoestima.

En tercero quisimos dar un paso en esta dirección.  Cada alumno eligió a otro de la clase que no  conocía bien y por lo tanto le gustaría conocer. En el espejo convertido en cristal aparecería el rostro de ese compañero o compañera. Hicieron una composición reflejando esta situación.

Ana Martín

AVATAR

El avatar es el último de los trabajos realizado por los alumnos de sexto encaminados al dibujo del rostro humano.

Tras la realización el autorretrato, aprovechamos las fotografías para realizar este trabajo. La idea de avatar, como cambio o transformación, enlaza también con la imagen gráfica que utilizamos para  representar nuestra imagen  en las redes sociales.

Utilizamos los colores imitando la estética del pop art. Colores puros, repletos de contrastes y dinamismo que les ayudan en esa fase de transformación.

Otro trabajo es el montaje de sus autorretratos en una cartulina.

Pudieron comprobar una gran transformación cuando les repartí sus autorretratos dibujados a lo largo de su etapa de primaria. Es un momento de gran euforia, las emociones afloran,  la aceptación y el rechazo también se hacen presentes. Esta transformación hace referencia a su propia evolución y a la superación relacionada con la constancia en el trabajo. En aquello que trabajas una y otra vez, vas a mejorar.

Quisimos además hacer una sesión diferente. Se trata de copiar  en un acetato transparente el rostro del compañero o compañera.

De nuevo las emociones afloran. Hay quien se esfuerza  como dibujante y como modelo. Los intentos fueron copiosos hasta quedar satisfechos con el resultado.

Les pedí que escribieran sobre el acetato las emociones que sentían. Qué complejo es aceptar la propia imagen y más en un mundo, que a través de las redes y los medios de comunicación, nos muestra rostros perfectos, rostros que tras diversos retoques estéticos nos revelan otra realidad.  ¿En qué medida les afecta esa realidad paralela a las jóvenes generaciones?

Ana Martín

IDENTIDADES

Comenzamos la nueva andadura por este curso con una de las tareas  más importantes que como seres humanos tenemos, el autoconocimiento.

A través de la actividad artística nos sumergimos  en una serie de actividades que nos ponen frente al espejo de uno mismo y nos revelan características propias de nuestra identidad.

Vamos a quedarnos con esta acepción: «Conjunto de rasgos o características de una persona o cosa que permiten distinguirla de otras en un conjunto».

Realizar un dibujo de nosotros mismos es muy difícil. Cierto es que cada grupo, según su edad, tiene una forma diferente de enfrentarse a esta tarea. En primero y segundo, se percibe una frescura en el hacer. Quizás aun no han desarrollado una idea concreta de sus rasgos, de aquello que les caracteriza. Resuelven el dibujo sin conflicto y si bien, en muchos de ellos se perciben peculiaridades propias, resuelven con los trazos que suelen emplear cuando dibujan caritas. Aún así hay un momento de introspección, de pensar cómo es mi físico, de mirarse al espejo incluso, buscando esos datos de su propia imagen.

En el grupo de segundo damos un pasito más en esa búsqueda de identidad. Les pedimos que busquen gustos personales y peculiaridades de su carácter.

En el segundo ciclo comienza a haber una conciencia más autocrítica del propio trabajo.

En cuarto ya facilitamos una foto personal para aquellos que les pueda servir de guía. Algunos no la tienen en cuenta.

En el tercer ciclo, ya si está instalada en sus mentes la necesidad del dibujo realista. Facilitamos la foto personal del rostro y la mayoría se rigen por ella, toman medidas y se esfuerzan porque se parezca lo máximo posible.

En este ciclo, se entremezclan la necesidad del dibujo realista y la inquietud por aceptar la imagen de su propia fotografía. Asumir las características físicas es un hecho complejo y más entre las chicas.

Seguiremos en esta tarea con otras actividades que les ayuden a formar su propia identidad.

—-BIENVENIDOS AL NUEVO CURSO—-

Ana Martín

EL CLAN QUE ME HABITA

 

En el grupo de sexto planteamos una mirada hacia nuestro interior. Estamos viviendo una época en la que los acontecimientos e incluso nuestras actividades diarias suceden con gran celeridad, nos encontramos  inmersos en una vorágine social y tecnológica que atrapa nuestra atención constantemente.

En esta ocasión buscamos en cada uno de nosotros aquellas cosas singulares que poseemos y que reconocemos que hemos recibido de nuestros familiares. Hay características en nosotros, a veces en nuestro carácter, en las que reconocemos a otras personas de nuestro clan familiar.

Les propongo hacer una composición en la que dibujen las diferentes personas que hayan elegido y una pequeña cartela en la que escriban aquello que creen haber heredado.

En este ejercicio de retrospección  incluyen a los abuelos y bisabuelos.

Esta práctica de autoconocimiento suscita cierta inquietud en algunos alumnos. Unos lo tienen claro, son muy conscientes de lo que quieren expresar, a otros les resulta difícil hacer una reflexión sobre sí mismos.

Somos seres viviendo en sociedad, a su vez, cada uno de nosotros somos seres individuales. Si como seres individuales desarrollamos la consciencia de nuestro propio ser, cuidamos de cada una de nuestras peculiaridades y nos valoramos; nuestro ser consciente «podrá estar en forma» y mostrará su mejor versión para sí , como ser individual y a nivel social como ser colectivo.

Ana Martín