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PALMATORIAS PARA ILUMINAR

¿Para qué sirven las palmatorias? Hoy ya si que los alumnos de tercero pueden dar respuesta a una pregunta que nos han venido haciendo desde el día que comenzamos a modelarlas con la arcilla negra.  A través de esta actividad queremos dar a conocer nuestras tradiciones y más en una fecha que festejos importados con un toque mercantilista, acaban ocultando el verdadero significado de costumbres ancestrales.

Ellos mismos dan la respuesta: «sirven para iluminar». Da  igual qué nombre le ponemos a la celebración o fiesta del 1 y 2 de noviembre. No importa si tiene más o menos connotaciones religiosas. Lo esencial es que en estos días recordamos a nuestros seres queridos que ya no están con nosotros.

El simbolismo de la luz es muy potente, en todas las culturas la luz pasa de ser un fenómeno físico, a convertirse en un arquetipo que enlaza con la creación, con el existir. A través de la luz disipamos cualquier tipo de oscuridad. Para nuestros seres que ya no están en este plano, la luz puede simbolizar la iluminación de su camino y el existir de sus recuerdos en nosotros.

Hoy los alumnos de tercero y su tutor, han usado las palmatorias para hablar de estas tradiciones.

Tradiciones que en algunas zonas, sobre todo rurales están unidas a diferentes rituales: visitar los cementerios para llevar flores, reunirse en familia y comer frutos de otoño: castañas, boniatos, membrillos… mientras surgen los relatos de historias entorno a la vida y la muerte.

Las emociones afloran, sobretodo los miedos. Es un buen momento para hablar de ello y trabajarlos. Los acontecimientos de la vida hay que transitarlos y son más livianos si se comparten.

Os muestro el proceso que han seguido para la fabricación de las palmatorias.

Una vez cocidas las esmaltamos con esmalte transparente y les añadimos pequeños cristales para crear efectos visuales en sus superficies.

Ana Martín

 

 

PALMATORIAS DE LUZ

La realización de estas palmatorias en arcilla negra, supone un minucioso trabajo que hemos venido realizando a lo largo de este mes con los alumnos de cuarto.

El día 31 de Octubre se celebra la víspera de todos Los Santos. Tratamos de dar una alternativa más cercana a nuestras tradiciones.

Hacemos una pequeña asamblea donde hablamos de los hechos naturales que acontecen por estas fechas. En pleno otoño, las cosechas estaban  ya recogidas y los frutos esperando a ser recolectados y conservados para pasar el próximo invierno. Este ambiente se vivía, en el medio rural, hace ya algunos años. Nuestros alumnos nos miran con extrañeza cuando les contamos que en cada estación comíamos de lo que había, de los productos locales, Muchas de las frutas que en la actualidad tenemos durante todo el año en el supermercado, antes no las había. El otoño nos sabía a carne  de membrillo, a jugo de granada,  a castañas asadas y a boniatos con canela. El ambiente olía a chimeneas encendidas,  a la cera quemada de la velas y al peculiar aroma de los crisantemos.

La tierra descansaba y nos preparábamos para pasar el invierno, los días se iban acortando. Durante el equinoccio de otoño sucede que el día y la noche se equiparan, hasta que paulatinamente la noche gana en horas al día.

En estas fechas, cuando la luz y la oscuridad se echan un pulso, es momento de recordar a los seres queridos que han abandonado este mundo. Les ofrecemos flores y velas encendidas para iluminar su tránsito hacia otra vida. De pequeños acompañábamos a nuestros padres en todas estas tareas y en cierta medida íbamos integrando en nuestras mentes el ciclo de la vida y la muerte. Además como pequeños fantaseábamos y nos afloraban de forma desmedida muchos de los miedos que durante el año nos acompañaban. Era una gran oportunidad para mirarlos de frente y superarlos.

Les pedimos a los alumnos que dibujen sus miedos

Banalizar todos estos acontecimientos y centrarlos solo en la parafernalia importada del disfraz de terror, es alejarnos de nuestras costumbres ancestrales y alejarnos de la intimidad y recogimiento con el que nuestros padres y abuelos vivían estas fechas. Es un momentos idóneo para  trabajar con nuestros hijos  la parte emocional  para que entiendan que morir forma parte de la vida. Comparto con vosotros  un artículo que hace referencia a este tema.

https://elpais.com/mamas-papas/familia/2022-10-27/silvia-alava-psicologa-somos-muy-hipocritas-celebramos-halloween-y-nos-disfrazamos-pero-no-hablamos-de-la-muerte-con-los-ninos.html

El viernes, los alumnos de cuarto vinieron vestidos de negro , con sus medallones al cuello. Su tutor os contará cómo vivieron esta jornada.

¡Buen Día de todos Los Santos !

Ana Martín

REFUGIOS PARA INSECTOS

El grupo de segundo se une con esta iniciativa al proyecto de cuidar los insectos de nuestro jardín. Este trabajo realizado en arcilla negra, ha quedado integrado en el suelo de diversos arriates, en la zona del jardín donde suelen disfrutar de este entorno natural.

Los principales destinatarios de estos habitáculos serían las hormigas. Cuando los construían fantaseaban dónde depositarían los huevos, dónde habitaría la reina o por dónde pasarían las obreras. Pero además, sus creaciones podrían albergar otros insectos como tijeretas, orugas, gusanos, lombrices, escarabajos…

El modelado de arcilla es una actividad que les encanta. En esta ocasión, tienen un proyecto común que les motiva y les proporciona la ocasión de compartir una especie de juego que, aunque sea a nivel mental, les va a interrelacionar con los insectos.

Cocida ya la arcilla, reciben los trabajos con entusiasmo. Les pedimos que hagan un dibujo, imaginando la zona del jardín donde van a poner las piezas de arcilla. La imaginación y la inventiva de sus diseños supera, con creces, lo que en principio habían proyectado.

El  pasado viernes, pudimos ubicar este trabajo que  realizaron el trimestre pasado y que a causa de la lluvia, tuvimos que aplazar.

Les hemos comentado que no los deben tocar para no molestar a los insectos. ¿Podrán contenerse? Los imagino en sus momentos de juego, volviendo a fantasear sobre los diferentes habitantes que se habrán instalado en sus construcciones.

Queremos concienciarles de que los insectos no son pequeños bichitos que hay que temer,  pisar cuando los vemos o cogerlos para analizarlos, son animales imprescindibles dentro de los ecosistemas, algunos cumplen funciones como la polinización,  muchas especies vegetales no conseguirían reproducirse sin esa función de los insectos; además contribuyen a la limpieza del suelo, muchos de ellos se alimentan de materia orgánica muerta. También muchas especies de insectos son parásitos de otros organismos, y aunque sea una molestia y parezca algo negativo, los parasitos ayudan a prevenir la superpoblación de algunas especies, además de contribuir al desarrollo de adaptaciones evolutivas.

Nuestro objetivo quizá se haya cumplido cuando entiendan que los insectos son más importantes de lo que podemos pensar, sobretodo para los ecosistemas,  puesto que representan el 70% de las especies animales conocidas en el planeta. Aunque sean pequeños, debemos aprender a respetarlos.

Ana Martín

 

PALMATORIAS

Se aproximan los primeros días de Noviembre. Recuerdos de mi infancia me evocan imágenes de cómo los mayores rendían culto a los familiares muertos. El cementerio engalanado con flores y velas se manifestaba calmado y bello para recibir el transito de los visitantes, adultos para rezar y niños a curiosear. Historias inéditas, relatos macabros de huesos y calaveras nos zambullían en noches en vela. Ahora, en la distancia de aquel recuerdo, me encuentro inmersa en una sociedad más laica, que no se muy bien cómo rinde culto a sus muertos.

La muerte como la vida es inherente al ser humano, independientemente de las creencias religiosas o culturales, estos hechos nos unifican a todos los seres. Universalmente existe una gran riqueza cultural producida por la diversidad de manifestaciones y rituales en torno a la muerte.

Considero que, apostar por un festejo globalizador centrado en la venta de productos para dar miedo, es reducir a la nada las tradiciones. Prefiero imaginar las flores y las velas en nuestros cementerios o a la catrina mexicana acompañada por Frida y el niño Diego. Tradiciones ancestrales, religiosas, paganas o mezcla de ambas pueden canalizar la idea de la mortalidad, que hemos relegado hasta hacerla invisible.

«Lloro porque recuerdo a mi abuelo muerto» decía una alumna que gemía desconsolada en el recreo. El sentimiento se apoderó del grupo de amigas que, como un coro de plañideras, en su llanto la  acompañaban.

La luz de las velas ilumina el camino a vivos y a muertos.  El temor y la incertidumbre de los niños no deben ser ignorados sino canalizados a través de las relaciones familiares.

Hemos trabajado con arcilla negra y decorado con cristal de colores y un baño de esmalte transparente, para facilitar su fundido.

Ana Martín