Los alicatados de la Alhambra, ya están terminados. Tras la cochura en el horno de las diferentes piezas, procedemos con última fase del proceso, el esmaltado.
Los zócalos de la Alhambra están revestidos de teselas de azulejos esmaltados. La técnica de obtención de estas piezas, que encajan a la perfección, se realizaba cortándolos con unos alicates, de ahí procede el nombre de alicatados.
El trabajo que cada año realizan nuestros alumnos de sexto, responde por una parte, a la resolución de los procesos geométricos y por otra, al conocimiento de determinadas características de nuestro patrimonio. Los alumnos llevan a cabo el proceso de realización de los alicatados, de igual manera que lo realizan, en la actualidad, los artesanos ceramistas.
Los alumnos colaboran en la preparación de los esmaltes. El esmalte cerámico en polvo, se mezcla con agua y se cuela a través de un tamiz para que la mezcla de todas sus partículas, se haga homogénea. La cantidad de agua añadida, determina que el esmalte esté más denso o más fluido. No existe una cantidad de agua fija, pues cada esmalte tiene sus propias características, según los minerales que contenga. Conseguir la densidad adecuada de un esmalte se aprende mediante la experiencia en su utilización; los alumnos de sexto lo consiguieron.
Cuando repartimos los trabajos, lo primero que hacen, es lijar las piezas de arcilla para eliminar imperfecciones. En la tarea del esmaltado se van turnando, eligiendo cada uno los colores que quieren aplicar. Para finalizar el trabajo volvemos a meter las piezas en el horno.
¡Buen trabajo chicos!
Ana Martín
