Son sin duda los seres más grandes y antiguos de nuestro planeta. Nuestra existencia depende en gran parte de ellos, hemos podido desarrollarnos como civilización gracias a su existencia. Son seres capaces de conectar la energía de la tierra, con la energía solar. Sus hojas atrapan los fotones del sol utilizando esta energía para descomponer las moléculas de agua, que extraen del subsuelo a través de sus raíces. Tras la descomposición del agua, se quedan con las partículas de hidrógeno y liberan el oxígeno a la atmósfera. En todo este proceso, además absorben el dióxido de carbono lo combinan con el hidrógeno y fabrican azúcares, añaden un poco de nitrógeno a los azúcares y los transforman en lípidos o en proteínas.
Son los productores primarios situados en la primera línea de la cadena alimentaria. Estos seres sin cerebro, son capaces de alimentar a todos los demás seres vivos. Conocerlos, respetarlos y conservarlos depende en gran parte de nosotros, es vital asumir la importancia de su preservación.
Sus hojas
Tuya, ciprés, abeto, peral, níspero, almez…algunos de ellos, son árboles de cuya presencia podemos disfrutar en nuestro jardín. Sus hojas nos han servido de modelos presenciales para elaborar los dibujos.
Ana Martín