Durante este trimestre, los grupos de tercero y cuarto han trabajado sobre el color. Con esta actividad nos proponemos varios objetivos. El principal es que los alumnos aprendan a crear colores partiendo de los primarios.
En el grupo de tercero hacemos una estrella con seis picos para incluir los primarios he intercalar entre ellos los secundarios. Los picos entre éstos contendrán algún color resultante de la mezcla de ambos.
En el grupo de cuarto el planteamiento es de una rueda de color. Incluimos, primarios y secundarios y varios tonos que van graduando su intensidad en función del color al que se aproximen.
La percepción del color y sus matices es una fuente de intensas experiencias sensoriales. Para que los alumnos puedan aprehender todo el proceso de obtención de los colores, es necesario que se impliquen en todas las fases, haciendo ellos sus propias mezclas y percibiendo los cambios que experimenta con cada gota de color añadida. Les encanta, les ponemos «la bata de laboratorio» y con mente de científicos disfrutan de la experiencia. El lenguaje del color consiste en aprender a ver, ya no basta con las mezclas aleatorias.
Otro de los objetivos que nos planteamos es la precisión en el uso del pincel. Les damos pinceles especiales, con buen pelo que deben cuidar. El pincel se coge de un determinada manera, como si estuviese de pie. Es esencial controlar la cantidad de carga que lleva y la presión que hacemos sobre el papel, de ello depende que los trazos sean limpios y precisos.
El color se sirve de una magia especial para alcanzar nuestros sentidos y suscitar nuestras emociones. Siempre ha sido un poderoso y eficaz vehículo de transmisión cultural. Por ahora nuestros alumnos lo experimentan, lo hacen propio mediante la manipulación de sus mezclas.
Ana Martín