TEMAS DE OTOÑO: FRUTOS, HOJAS…SECADEROS

Con la llegada del otoño hay temas que son muy significativos. La naturaleza nos ofrece infinidad de posibilidades. Ubicados en pleno corazón de la Vega y aprovechando algunos frutos de los árboles de nuestro jardín, invitamos a los alumnos a dibujar. Nueces, aceitunas, membrillos, uvas, caquis…

La hojas comienzan ese baile cromático que caracteriza la estación otoñal. Tenemos árboles de hoja perenne y otros de hoja caduca, el follaje de sus copas, así como la hojarasca caída nos obsequian con una variada paleta de tonalidades: verdes, ocres, amarillos, marrones, rojizos…..

Aprovechamos las hojas de los árboles con sus cambios de color para trabajar con acuarelas.

Os muestro además los trabajos de los alumnos sobre los secaderos de la Vega. En la excursión que realizan en este trimestre, estas construcciones aparecen a lo largo del camino como vestigios de un pasado no muy remoto. Esparcidos e integrados en el paisaje son el último vestigios de un periodo de la agricultura granadina, que tuvo su momento de prosperidad a principios del S. XX.

Las técnicas de construcción son variadas. Los más primitivos eran fabricados con retales de materiales como cortezas de chopos, trozos de chapa, cañas o cualquier cosa que sirviera para cortar el aire,  para conseguir las condiciones adecuadas de humedad y ventilación. Las técnicas de construcción se fueron perfeccionando. El ladrillo hueco y el hormigón sustituyeron a los palos y las cañas, materiales que hacen que estas construcciones sean más resistentes y más duraderas. Según Juan G. Nofuentes, profesor de la Escuela de Arquitectura de Granada «Los secaderos son el idioma con el que la población granadina mantuvo un diálogo completo con la producción que le ofrecía la naturaleza» y además hacen que el paisaje de la Vega sea «un paisaje único en el mundo».

Ana Martín

ÁRBOLES, ESOS GIGANTES QUE NOS COBIJAN

En el grupo de tercero hicimos una sesión para que los alumnos recrearan, con variados materiales a modo de collage, diferentes tipos de árboles.

Hojas, cartulinas, telas, cartón…cada alumno elige libremente cómo va a realizar su trabajo. Algunos optan por dibujar y completan la escena con animales.

Con este tipo de práctica los alumnos abordan una situación de libre creación, es un momento propicio para que sean ellos mismos los que organicen todo el proceso de su trabajo. La libertad de imaginar, crear o expresar de forma gráfica, les permite gestionar cada una de las fases, los materiales, las formas, la estética que reflejaran en sus trabajos.  «El que tiene la capacidad de mover sus dedos con agilidad posee ideas y pensamientos flexibles y puede penetrar en la esencia de las cosas» R. Steiner

El proceso, todo lo que sucede mientras el niño trabaja y crea, es mucho más relevante que el trabajo final. Las inseguridades, los titubeos, el esfuerzo y las decisiones forman parte de la creación.

Algunos niños y con algunas actividades muy abiertas, sucede que se escudan en «A mí me gusta así «ante un trabajo con escasa elaboración.  Sin coartarles su libertad de creación, les proponemos actividades que requieren más esfuerzo. Con ese objetivo, queremos ir más allá y en la siguiente sesión les proponemos salir al jardín a dibujar. Les animamos para que elijan un árbol para dibujarlo. En esta ocasión, deben poner su atención en el árbol elegido y tratar de reflejar, mediante el dibujo, todas sus características. Posteriormente colorean con lápices sus trabajos.

Trabajar en el jardín es muy gratificante. Aprovechamos estos días otoñales con temperaturas que están algo elevadas. La naturaleza es siempre una buena fuente de inspiración. La muda de hojas aún es incipiente y en muchos rincones predomina el color verde. El sol se filtra a través de la vegetación creando efectos espectaculares. Las arañas aprovechan encrucijadas donde tejen sus simétricos lienzos.

Ana Martín

MODELADO DE ARCILLA. CERÁMICA

¡Por fin nos ha tocado arcilla! Los alumnos de quinto expresaban su entusiasmo el día que les tocó manipular la arcilla.  Bueno, les pasa a  todos los grupos. Los de sexto aún están esperando.

Cuando comienza el curso los alumnos me demandan su libreta de artística y la arcilla. El proceso del trabajo con la arcilla es lento. Comienzo por los más pequeños, los de primero y cuando sus trabajos completan todo su proceso de elaboración y cochura, la arcilla va recorriendo todos los cursos.

Les encanta manipular la arcilla. Tienen que esperar varios días hasta que sus trabajos salgan terminados. Los modelan, esperamos a que se sequen, los cocemos en el horno cerámico a 980º, los esmaltamos con pigmentos y esmalte transparente y los volvemos a cocer.  A veces pueden pasar varias semanas. La arcilla les enseña a saber esperar, a percibir procesos lentos tan contrapuestos a los ritmos  acelerados que vivimos día a día, aún así. la arcilla es su material favorito.

Les enseña otras muchas cosas, mientras trabajan, pueden hacer lo que quieran, pero no de cualquier manera. Hay que tener en cuenta el grosor, el vaciado, el pegado, el control de la humedad… toda esta tarea se une a la idea inicial de llevar a cabo lo que sus mentes han proyectado. En muchas ocasiones hay que superar la frustración e integrar la lentitud de todos los procesos que la tarea requiere.

En este proceso alquímico de convertir el «barro» en cerámica, intervienen los cuatro elementos de la naturaleza, la tierra, el agua, el aire y el fuego. ¿Puede que esto les resulte tan atractivo?

Por último la magia de los esmaltes que experimentan un gran cambio cuando salen del horno.

El ser humano y concretamente la infancia necesita del asombro para sentir la motivación, el atractivo por una tarea. Experimentar ese sentimiento que, ante algo a veces enigmático como son los cambios  en  el proceso cerámico, les desafíe en la comprensión  de una tarea que trasciende los límites imaginados.

 

Ana Martín