El avatar es el último de los trabajos realizado por los alumnos de sexto encaminados al dibujo del rostro humano.
Tras la realización el autorretrato, aprovechamos las fotografías para realizar este trabajo. La idea de avatar, como cambio o transformación, enlaza también con la imagen gráfica que utilizamos para representar nuestra imagen en las redes sociales.
Utilizamos los colores imitando la estética del pop art. Colores puros, repletos de contrastes y dinamismo que les ayudan en esa fase de transformación.
Otro trabajo es el montaje de sus autorretratos en una cartulina.
Pudieron comprobar una gran transformación cuando les repartí sus autorretratos dibujados a lo largo de su etapa de primaria. Es un momento de gran euforia, las emociones afloran, la aceptación y el rechazo también se hacen presentes. Esta transformación hace referencia a su propia evolución y a la superación relacionada con la constancia en el trabajo. En aquello que trabajas una y otra vez, vas a mejorar.
Quisimos además hacer una sesión diferente. Se trata de copiar en un acetato transparente el rostro del compañero o compañera.
De nuevo las emociones afloran. Hay quien se esfuerza como dibujante y como modelo. Los intentos fueron copiosos hasta quedar satisfechos con el resultado.
Les pedí que escribieran sobre el acetato las emociones que sentían. Qué complejo es aceptar la propia imagen y más en un mundo, que a través de las redes y los medios de comunicación, nos muestra rostros perfectos, rostros que tras diversos retoques estéticos nos revelan otra realidad. ¿En qué medida les afecta esa realidad paralela a las jóvenes generaciones?
Ana Martín